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-¿Enserio tuvieron que hacerte un lavado de estómago?

Suspiré pesadamente antes de asentir nuevamente ante la pregunta del pelinegro frente a mi, ese que tenía su boca entreabierta, alto parecido a la mueca que mi hermano compartía junto a SeokJin y Taehyung, quienes me miraban en silencio.

-¿Cómo se sintió? Es decir, ya me constante como era con otras cosas, pero no con alucinógenos.

-Kook...no deberías preguntar algo así - dijo de repente Hoseok, quien acariciaba mi cabello ahora que me dejaba hacer por cualquiera.- No creo que esté de humor para hablar.

Y era cierto, Hobi tenía razón. Sin embargo...no culpaba a mi menor por tener curiosidad, es decir, lo veía como algo normal.
Kook siempre fue un chico con mucha curiosidad por las cosas, no tanto como Tae, pero si era cierto que no paraba de preguntar cosas triviales.

-¿Sabéis? Era como si estuviese fuera de mi cuerpo... - todas las miradas se dirigieron hacia mi al hablar de forma tan repentina.- Por un momento pensé que estaba muerto...

-Wow...-el menor en el lugar abrió aún más su boca al escuchar aquello, pareciendo realmente sorprendido - ¿Es por la anestesia o estás diciéndolo enserio?

-Hablo enserio.

JiMin, quien hacía tiempo que no hablaba, dejó el té que estaba preparando frente a mí, y se arrodilló hasta llegar a mi altura, momento en el que cogió mi mano y la besó con cariño.

- Lamento haber dejado eso ahí... Los policías que están llevando el caso dijeron que no tenían muy claro que sustancia podría haberte dado, también me dijeron que era ilegal tener eso en su propiedad, así que me pidieron que la guardase como prueba hasta volver a ver al abogado.

Negué suavemente con mi cabeza, restándole importancia a lo que tantos problemas me estaba trayendo.

-YoonGi, tu ojo se ve mucho más claro hoy.

Hice una pequeña mueca y dejé de beber el té ante lo que había dicho mi hermano tras un rato de cómodo silencio.
Suspiré poco después de dejar mi querida taza con dibujos de patas felinas sobre la mesa, momento en el que me recosté sobre el pecho de mi mejor amigo, el que no dejó de acariciarme el cabello ni un solo segundo.

-Ey, es cierto... Parece casi trasparente hoy. - el menor de los Kim dijo aquello sin malas intenciones, yo era consciente, pero estaba tratando con un tema muy delicado para mi- ¿Puede ser por la nieve? Siempre se ve mucho más claro en invierno.

Sin poder evitarlo mordí mi labio inferior con fuerza, no quería hablar de eso. Pensé que era cosa pasada, pero al parecer ese complejo siempre me perseguirá.

-TaeTae ...tabú. - dijo Jimin de pronto, mirando directamente al nombrado, quien no pareció comprender lo que sucedía hasta que todos quedaron mirándole fijamente a excepción mía.

-Oh, mierda, lo siento, YoonGi Hyung.

-No importa...

Claro que lo hacía.

-Estoy cansado...voy a dormir.

¿Cuándo dejaré de mentirnos?

-Cariño...

¿Cuándo acabaría la tortura?

-Déjame...

Ni siquiera yo me soporto... ¿cómo va a hacerlo otra persona?

-YoonGi...

-¡Déjame, joder!

El silencio se apoderó del lugar cuando, por desgracia, una gruesa lágrima callo de golpe en las escaleras, y por desgracia, era mía.

-Sé que no soy normal, sé que la he cagado muchas veces y que no debería ser así...pero no hace falta que me lo recordéis cada mísero día, joder... No es tan difícil...

-Yoonnie...

No quería escucharlo...ya la había cagado lo suficiente.

Sabía que había hecho muchas cosas mal a lo largo de mi vida, pero no era necesario tener que recordarme cada uno de esos fallos. Menos aún mis imperfecciones, aquellas tanto físicas como mentales que, por mucho que lo intentase, no podía arreglar.

Tras mirar por unos segundos a mi menores y mayores, susurré un pequeño "lo siento" antes de subir las escaleras, encerrándome después en la habitación que compartía con Jimin.

Pasé bastante tiempo pensando, mirándome al espejo, deseando poder vivir otra vida diferente a esta...

Quizás no lo mencioné antes, querido diario. Pero, cuando era joven encontré el mayor tesoro de mi madre, aquél que tenía escondido bajo la cama.
Pequeñas bolsas con tabaco, alcohol y sustancias ilegales. Eso fue lo que  fue lo que encontré.
Yo en ese momento tenía la cabeza llena de estúpidas ideas relacionadas con el suicidio y esas mierdas, por lo que no me pareció mala idea probar unas cuantas pastillas, las botellas de soju y los polvos de mamá, aquella que llevaba ya tiempo descansando con el demonio.

En un principio era como un simple juego, sin embargo, el juego comenzó a hacerse demasiado largo para mi, lo hizo hasta que la caja bajo la cama que contenía aquellas cosas quedó vacía, yo entonces, con aquella necesidad y sin tener dinero alguno ni contactos como para comprar más, entré en depresión nuevamente, tuve un ataque de ansiedad y de alguna forma terminé en el hospital, con un diarnóstico que daba positivo en alcohol y drogas. Cosa que hizo que los golpes de mi padre pasasen a ser mucho más severos.

Incluso...sabiendo de mí vicio, una vez se hizo con un cigarrillo, y con aquel rollo de papel lleno de mierda mezclado con petróleo y nicotina, me hizo rogar por horas, hizo que incluso cogiera su navaja e hiciera un corte en mi tobillo derecho, por el que finalmente me dió el maldito cigarrillo.

Cuando terminé de fumar aquella basura, me sentía más tranquilo, y solo entonces comprendí lo patético que me estaba volviendo por culpa de un vicio.

No sabía que hacer...quizás fue por eso por lo que traté de buscar ayuda. Se lo conté todo a los padres de mi amado Jimin, y al hacerlo, tuve que ir a las clásicas reuniones de alcohólicos anónimos y drogadictos anónimos. Gracias a ello pude superar algunos de esos vicios pero, volví a beber a los veinte y a fumar a los veintiuno, por lo que los efectos secundarios fueron creciendo.

Por si te lo preguntabas...sí, Diario. La mayoría de mis enfermedades me las causé yo mismo, por eso digo que fueron mis errores, y no los de otras personas.

Porque si en mi vida hay cosas malas...sólo yo tengo la culpa.

-Jiminnie...lo siento, mi amor, no quise gritarte...

Un ojo de cada color...en fin, así podría decir cuantas lágrimas calleron por cada uno, ¿no?

Porque fue con ello con lo único que nací, lo único destinado en mi vida...

-No importa, bebé. Entiendo porqué lo hiciste...está bien.

Bueno, quizás no es cierto.

También estaba destinado a encontrarme contigo, Park JiMin.

-'Capítulo 303. Destino o error. '

Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora