-¿Duele? - negué con mi cabeza y suspiré, volviendo a mirar como mi vientre sangraba levemente por las malditas microagujas del tratamiento para eliminar mis cicatrices.-Está sangrando bastante... ¿Te encuentras bien?.
Asentí de nuevo con la cabeza, solo que esta vez con la mirada más borrosa.
Jimin y yo habíamos salido del edificio donde nos trataban cerca de diez minutos antes, pero por culpa de todas mis heridas a medio curar y por la sangre perdida, acabé mareándome nada más entrar en el coche de mi menor.
-Yoonnie, ¿me oyes? - su voz sonaba muy distorsionada, tanto que ni siquiera me vi capaz de entender las siguientes frases que salieron por su boca.
Lo único que entendí era que íbamos a pasar por la casa de Hoseok, que era la que más cerca estaba, e íbamos a esperar que aquel mareo y la angustia de mi pecho desapareciesen por completo.
El coche paró en seco, y de igual forma el cinturón de seguridad en mi cintura desapareció.
Estaba peor de lo que pensaba...pero había un problema.
No era por la sangre perdida ni por el extraño tratamiento, no...fue por algo peor que eso.
Por un recuerdo que vino sin quererlo.
Zapatos resonaban entre las cuatro paredes, y aunque no era capaz de levantar la mirada, reconocí la voz tan rápidamente como dijo la primera frase.
-Hijo mío...por fin te van a curar, ya no seguirás siendo un enfermo.
-¿YoonGi...?
-¿Por qué me haces esto? ¡Tú no eres mi padre!
Un golpe calló en mi mejilla tan rápido como alcé la voz a algo más que a susurros. Incluso si después la mejilla fue acariciada por aquella rasposa y áspera mano.
-Eres mi hijo, YoonGi, incluso si eres un enfermo mental, yo te aceptaré y curaré.
-Mi vida, despierta.
- Quiero volver a casa...quiero volver con Jimin, con mi familia...-un fuerte sollozo salió de mi garganta, el mismo que resonó con fuerza en las paredes- No estoy enfermo...qui.quiero volver ahora.
El pelinegro de mayor edad se arrodilló hasta estar a mi altura, momento en el que mis mejillas fueron apretadas violentamente, haciéndo que me ahogara con mi propio llanto.
-Yo soy tu única familia, hijo. Sin mi no eres nada ni nadie... ¿entiendes?
-Mierda...YoonGi Hyung, ¡despierta!
-¡Eres un enfermo que necesita tratamiento! ¡Aún puedes salvarte!
-Mi vida...abre esos hermosos ojos, por favor.
-¡Jiminnie! - grite aquel nombre cuando mi tráquea fue aplastada, y volví a hacerlo cuando un largo filo pasó por mi vientre-Jimin-ah...
-¡Deja de decir su nombre, bastardo!
-Cariño... Estoy aquí, sigue llamándome por favor....
-Jimin...
-¡Joder, olvídate de esa mierda de una vez!
Una patada calló en mi estómago, más concretamente justo en la herida recién abierta que aquel hombre me había hecho. Yo me retorcí de dolor y volví a gritar su nombre, intentando que desde donde fuese que estuviese, él pudiese escucharme.
-Tranquilo...estoy aquí.
-¡Minnie!
Un fuerte chasquido de lengua salió de los labios del más mayor en el pequeño lugar, quien pareció abrir levemente la puerta frente a nosotros y llamó a alguien a quien no conocía.
-JiEun, es tu turno.
Antes de que pudiese hacer otra cosa ya me encontraba desatado, y aunque me resistí e intenté escapar, las personas que me sujetaban eran mucho más fuertes que yo.
O almenos habían comido algo durante la última semana...
Me vi arrastrado hasta una camilla que hasta entonces no había visto en aquel lugar, donde volvieron a atar mis manos y tobillos.
-¿Qué vais a ha.hacerme? Quiero a mi Minnie...le necesito...
La chica a la que mi padre había nombrado como JiEun se acercó hasta mi con la mirada baja, tras lo que se subió a la camilla donde yo me encontraba y se subió sobre mi, obligándome a retorcerme en mi lugar para no tener que tocar su cuerpo con el mío.
-Lo siento, YoonGi...
-Espera...no...¿Qué vas a~
Mis ojos se abrieron con fuerza, de forma rápida y casi dolorosa. Tan rápido como desperté me encontré con el preocupado rostro de Jimin frente al mío, quien me sujetaba entre sus brazos, arrodillado en el frío suelo de la carretera.
Sólo entonces me di cuenta.
Estábamos rodeados de gente, de mi ojos caían numerales gotas de agua, por no decir lo flashes de la gente y el sonido de los teléfonos al hacer una fotografía descarada.
Jimin tenía sus avellanados ojos enfocados en mi y en mi mirada perdida.
Mi vista comenzó a divagar de un lugar a otro mientras la voz de mi rubio resonaba entre las voces desconocidas.
Estaba algo perdido, pero cuando por casualidad me topé con un rostro familiar, todo se detuvo para mí.-Es ella... - Jimin me miró de forma extraña y preguntó de quien hablaba- JiEun...-señalé a una de las chicas que había bajado de su coche para saber que ocurría, la misma que al ver que la señalaba se encogió sobre sus hombros.
-¿Te ha hecho algo?
Por un momento lo pensé como una mala idea, pero cuando me decidí me levanté, o al menos lo intenté, y le volví a señalar, incluso si sabía que era de mala educación hacerlo.
Seguramente ella pensaba que iba a hacerle algo como pegarle, quizá pensó que le gritaría...pero mi idea estaba mucho más lejos de eso de lo que cualquiera pensaría.
-Ayúdame... - mi voz salió demasiado blanda, tanto que me dio pena incluso a mi- Sé que tú sabes algo que yo no...ne.necesito que me ayudes.
-Espera... ¿YoonGi?
-'Capítulo 262. La mujer del cuarto.'
ESTÁS LEYENDO
Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»
Fanfiction-JiMinnie... Espera un poco más por mi, por favor... Algunos mounstros tienen sus razones de ser, pero todos los idiotas nacen sin saberlo. Segunda parte de MEMORIAS DE UN IDIOTA «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ» «ᴺⁱ ᶜᵒᵖⁱᵃˢ ⁿⁱ ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒⁿᵉˢ ˢⁱⁿ ᵐⁱ ᵖᵉʳᵐⁱˢᵒ»