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No era vino, pero tampoco estaba mal.

Un cuarto de la botella de vozca había desparecido en alguna parte de mi estómago, estómago que mataría por algo de comida para no tener que digerir el alcohol en frío.

-Humn...podría llamar a Jin Hyung. - tras dejar el teléfono en el escritorio y bostezar a lo grande, me levanté de mi lugar y comencé a caminar hasta mi cama, lugar en el que me tiré sin cuidado.

Mala idea

-Oh, Dios, mi cabeza... - sobé con algo de fuerza la misma antes de que el timbre sonará, molestándome más aún de ser posible. - ¿Quién llama a la puerta a las seis de la tarde?

Di media vuelta sobre mi cuerpo, quedando boca a bajo para cerrar mis ojos e intentar descansar de una vez.

-¡YoonGi!

No lo negaré, estaba de muy mal humor...quizás demasiado.
Aunque...también puede que estuviese algo ebrio. Borracho, molesto y cansado.

No era igual que con el vino, eso está más que claro, pero tampoco sabría decir cuál de las dos combinaciones era peor.

El timbre estuvo sonando cerca de veinte minutos cuando finalmente estallé, grité todo lo fuerte que me permitieron mis pulmones que se alejase de mí, pero no fue buena idea.

Tan rápido como grité que se largara la bebida que había tomado subió hasta mi tráquea, siendo una carrera hasta el baño lo siguiente que recuerdo.  Bueno, eso y el fuerte dolor de la misma cuando todo salió de mi estómago directamente al retrete del lugar.

La puerta no dejó de ser tocado una y otra vez, cada vez con más insistencia.

Incluso podría decir que parecía que en cualquier momento la tirarían abajo.

Una nueva arcada hizo que quedase arrodillado en el suelo del baño, abrazado a la taza de mi amigo y completamente ido a los pocos minutos, justo cuando fue mi teléfono el que comenzó a sonar con insistencia.

Mi idea no era levantarme ya que, si lo hacía, la poca bilis de mi cuerpo acabaría saliendo, pero si gritaba para no tener que moverme seguramente acabaría pasando lo mismo. Entonces... ¿Qué debería hacer?

Quizás lo pensé demasiado, quizás fue por demasiado tiempo, porque todo lo que hay después de las llamadas a mi teléfono es un fondo negro, mis ojos cerrados y una suave y pausada respiración saliendo por mi boca entreabierta.

-¿YoonGi? - la voz alarmada de HoSeok no me despertó, si me molestó, es cierto, pero no llegó a más de eso. - YoonGi, mierda, ¿estás consciente? ¿Puedes oírme? - un pequeño movimiento en mi hombro fue lo que me hizo reaccionar al fin.

Solo entonces supe que no solo un cuarto de la botella había "desaparecido".

-Hola, Hobi. -sonreí de forma tonta, totalmente cegado por el alcohol que había en mi organismo- ¿Cómo entraste? - mi dedo índice chocó contra la suave mejilla del menor, el mismo que sonrió de forma apenada y apartó el poco pelo húmedo por el sudor que caía por mi frente.

-Entré por la ventana. -Jung me agarró por las axilas antes de pasar mi brazo izquierdo por su hombro, todo para poder ir al lavamanos a unos cuantos metros de nosotros- Digamos que se me da bien escalar.

Volví a soltar una risa tonta mientras trataba de caminar sin caerme por el camino.

-Eres como aquel chico en rapuncel, el que escala toda la torre para que la princesa le de con una sartén en la cabeza. -sonreí, mostrando mis encías sin temer al qué pensaría el menor, el que no sabía si debería reír o llorar por mi situación. - Y yo soy tu princesa.

Por alguna razón sus mejillas se colorearon de un fuerte tono rojizo, haciendo mi risa mucho más escandalosa.

-¿Cuánto has bebido? - tras dejarme sobre la cama nuevamente, el menor fue hasta mi escritorio, lugar donde quedaba solo el fondo de la botella de la que había estado bebiendo y un pequeño vaso que sólo sirvió para tardar un poco más en dejarme de esa forma.- Dios, ¿eres idiota?

-Lo soy.

-Da gracias a que no te ha dado un coma etílico y lo has echado casi todo ahí.

Suspiré al tiempo que me acomodaba en forma fetal entre las sábanas, principalmente para darme algo de calor y para no correr el riesgo de atragantarme si una arcada volvía a subir por mi garganta.

-Hyung....sé que mañana quieres hacer muchas cosas por JiMin, pero, ¿no crees que te estás sobresforzado?

Cerré mis ojos lentamente sin poder evitarlo, lo cierto es que estaba demasiado cansado, ni siquiera podía mantener mis ojos abiertos por completo.

-YoonGi... ¿Por qué bebiste tanto? - largos minutos de silencio se hicieron hasta que un peso extra se hizo presente- Sabes que puedes contarme lo que sea, ¿cierto? - suaves caricias sobre mi pelo terminaron por dejarme casi inconsciente, pero claramente no iba a dejar a Jung así, no ahora.

-Tengo miedo...-las caricias sobre mi cabello se detuvieron unos segundos, pero después de eso siguieron con lo suyo, dándome fuerza para seguir hablando- Me...me asusta lo que pueda pasar mañana y no quiero decepcionaros...quiero hacer bien mi trabajo, quiero ser un buen amigo y un buen...lo que sea, con JiMin.

-Hyung...tú siempre serás un buen amigo, no hace falta que trabajes tanto para demostrarlo. - mi respiración comenzó a hacerse más pesada, cada vez más lenta y calmada- Tú jamás podrás decepcionarnos.

-Sé que no te gusta fumar, solo lo haces porque estás estresado, ¿cierto?

-Buenas noches...descansa, pequeño Hyung.

-'Capítulo 207. Si bebo un poco más.'

Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora