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-Yoonnie, una niña en el colegio me ha preguntado por ti, dice que eres muy bonito y que le gustaría ser tu novia.

El pelinegro frente al más pequeño rio dulcemente y levantó al rubio entre sus brazos.

-¿Y tú que le has dicho, mocoso?

-Le dije que no podías ser su novio. - el mayor sonrió y acarició las mejillas del más bajo, quien tenía un bonito puchero en sus labios.

-¿Y eso por qué, uh?

-¡Porque Hyung es mío! ¡Solo mío!

Abrí mis ojos lentamente y bostecé al instante, tenía una pequeña sonrisa en mis labios y, es que no lo podía evitar, amaba esos recuerdos tanto como a mí menor.

Hablado del rey del mundo...

Suspiré pesadamente antes de levantar levemente la cabeza, apoyando mi mentón sobre el pecho de cierto rubio... Aunque ahora su raíz era bastante visible, su azabache natural constrastaban demasiado con el claro color, incluso así se veía genial.

Él siempre se ve perfecto... Espera, ¿qué es eso?

Por alguna razón había un pequeño bulto sobre la mejilla de mi menor, era rojo y estaba algo inflamado...¿Acaso eso era un grano?
Dudé en hacerlo, pero cuando acerqué mi mano hasta su mejilla, sus ojos se comenzaron a abrir, echándome atrás en mi atrevimiento.

-Incluso así te ves como un pequeño gatito...

Reímos, ambos algo adormilados y sonreímos levemente, totalmente embelesados con el otro.

-JiMinnie...creo que te ha salido un granito aquí. - terminé lo que había comenzado hace unos segundos y toqué su mejilla. Mejor dicho, toque delicadamente el pequeño bulto en su mejilla.

-Humn... - no me pilló por sorpresa cuando su mano cogió la mía, menos aún cuando apoyó su rostro sobre ella y me animó a dejar suaves caricias sobre la misma.- Papá me dijo que cuando alguien te ama mucho a veces sale de esa forma.

Sonreí ampliamente y me removí sobre mí mismo hasta poder sentarme sobre el vientre bajo del otro, el mismo que tomó mis manos y entrelazó nuestros dedos.

-Entonces deberías tener acné. - Dios...¿Cuándo me volví tan empalagoso? Aunque ahora que lo pensaba...también era asqueroso.

Para mi suerte, JiMin solo rio debajo de mí y dejó un suave beso sobre mis manos.

-Tú también deberías, Gatito.

Los besos llegaron hasta mis muñecas y, por la fuerza que hacia para acercase más, llegó un momento en el que volví a caer sobre él, solo que esta vez fue intencionadamente. Nuestras narices chocaron con cuidado, terminando por ser un cariñoso beso de gnomo que me hizo reír con fuerza.

-¿Hoy estás mejor? - asentí lentamente y dejé un pico sobre sus labios, totalmente perdido por nuestra cercanía - ¿Puedo saber que te paso ayer? Me preocupaste...

Suspiré con pereza y acogí sus mejillas entre mis manos, estrujándolas y haciendo que sus labios se volvieran de aquella forma tan tierna parecida a la de un hermoso pato.

-No fue nada, es solo que te echaba de menos.

JiMin entrecerró sus ojos y bufó, rodando los ojos de paso.

-Vuelves a mentirme...¿No?- negué levemente y volví a apretar sus mejillas, esta vez un poco más fuerte.

-Eso es cierto. -y lo era- Es que... - me acerqué poco a poco hasta aquellos rellenos labios, los mismos que acaricié con mi pulgar y sobre los que suspiré antes de esconderme en su cuello- PyungShonssi me dijo que debería ir dos veces a la semana en vez de sólo una...así que iré los viernes y los lunes, creo.

-¿Solo era eso? - asentí sobre su cuello, el mismo que amortiguó mi respiración - ¿Quieres que te acompañe?

-Sí tienes clase no hace falta que lo hagas...

Él dejó un pequeño pero profundo roce sobre mis labios al conseguir sacarme de mi escondite y sonrió levemente solo para mí.

-No te dejaré solo, YoonGi.

Mi ceño se frunció con fuerza antes de apoyar mi mejilla sobre la suya, dando suaves caricias con la misma, junto como lo haría un mínimo...pero aquel entonces no fui consciente de ello.

-No me gusta que me llames así... - mi menor me miró con una ceja elevada y rio con fuerza, dejando pequeños besos sobre la mejilla que antes restregaba contra la suya.

-¿Y cómo quieres que te llame?

Debería avergonzarme decirlo, - y efectivamente lo hacía - pero que lo dijera él era totalmente diferente, solo él podría decir aquellos apodos cariñosos sin molestarme.

-¿Yoonnie, Gatito, bebé? - mis mejillas se sonrojaron hasta ser un pequeño volcán - ¿Mi vida, cariño, mi tesoro, mi cielo, mi amor?

-Pu.puedes decirme como quieras...pero YoonGi suena muy frío.- susurré eso antes de abrazarle con fuerza, cosa que le hizo sonreír aún más- Y creo que ya te tengo suficiente confianza como para no matarte cuando me digas así.

-¿Pensabas matarme?

Rei suavemente junto al rubio y besé su pequeña nariz, sentándome de nuevo sobre su cadera.

-Eso era antes...ahora vamos a desayunar, tengo hambre.

-Aw...mi bebé tiene hambre.

No sabía si sería buena idea...pero, al diablo. Amo sentir ese tipo de vergüenza.

-'Capítulo 253. Bebé cachorro. '

Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora