9년

19 6 1
                                    

Había crecido, seguía siendo un niño, pero ahora al menos era consciente de muchas de las cosas que ocurrían en casa.

Su hermano había comenzado a irse con sus amigos y parejas por días completos, pero eso a él solo le alegraba un poco más.

Si no estaba en casa, entonces su padre no podría hacerle daño.

Pero no tuvo en cuenta que ahora estaba solo ante él, que nadie le cuidaría a partir de ese momento. A nadie le importaba su dolor, o al menos nadie hacía nada por detenerlo.
Por eso, una vez más, se arropó con una sábana dentro del armario donde en ocasiones se sentía un poco más seguro.

El hueco donde antes solía esconderse era demasiado pequeño ahora, así que ese era el único lugar donde "el monstruo" no le atacaría al volver a casa tras una no tan larga jornada laboral.

- He hecho la cena ¿Podrías llamar a YoonGi?

- Claro, después le daré su plato. – riendo irónicamente, llamó al menor, quién salió de su escondite y, con la mirada baja, se acercó hasta la mesa. No le permitieron sentarse sobre una silla, sino que le dejaron de pie a un lado, viendo cómo cenaban y con un hambre cada vez más doloroso.

- ¿Puedo cenar yo también...?

Sorprendido, su padre rió, lo hizo antes de negar con su cabeza como si fuese algo evidente.

- Cuando seas tú quien pague la comida y la prepare, entonces tendrás algo que llevarte a la boca. No te la mereces.

Lo cierto es que no esperaba más de él. Pero pensó que quizás su madre le defendería... O por lo menos eso era lo que pensaba al principio.

- ¿Tienes hambre? – al verle asentir, sonrió sarcásticamente, metiendo un gran trozo de carne a su boca – Que pena, esto está muy bueno.

Bajando una vez más la mirada, mordió el interior de sus mejillas, buscando alguna manera de retener el hambre hasta que terminaron de cenar. Entonces solo recogió y limpio la mesa, fregó los platos sucios, sin una mísera miga o sobra y se dirigió a la basura de sus vecinos, metiéndose en ella hasta encontrar los restos de una comida que parecía suficiente para al menos matar el hambre. Llegó a casa, lo limpió con agua y se lo llevó a la boca.

Por suerte, le época en la que no recibía ninguna comida diaria no fue muy larga, todo se acabó cuando sufrió un desmayo en clase. Los profesores le preguntaron si había comido algo y él dijo que sí había sido así, pero era tan evidente que no cuando le dieron un pequeño bocadillo que vendían en la cantina escolar que decidieron llamar a servicios sociales para que fuesen a su casa a comprobar que todo estaba bien.

Cuando fueron tan solo unos días después a ver la situación familiar, hablaron solo con YoonGi. Le preguntaron si le alimentaban, miraron su espalda llena de golpes y los justificó uno por uno con causas falsas. Negó que sufriera maltrato y también negó que no quisiera a su familia.

Una vez se fueron, su madre le preguntó qué les había dicho mientras le tomaba por un brazo, mirándolo con intensidad y esperando a que hubiese hecho lo que le enseñó.

- Les he dicho que como bien, pero se me olvida el almuerzo para el cole y que sois mis padres... Unos padres no harían algo malo a su hijo.

Suspirando con alegría, ambos sonrieron, pero YoonGi nisiqueira elevó la mirada.

- Por fin una vez en la que no la cagas.

Aquella noche cenó. Cenó porque había hecho algo bueno para la familia.

Si hubiese contado la verdad se lo habrían llevado sin más y, no le molestaba, quería irse de allí, pero no quería dejar solos a su hermano y madre.

Prefería, aún incluso si tan solo tenía nueve años, que el peso y el dolor recayera sobre él.

- Puedo soportarlo... Lo haré por vosotros.

ᴳʳᵃᶜⁱᵃˢ ᵖᵒʳ ˡᵉᵉʳ ʸ ᵛᵒᵗᵃʳ

~백K

Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora