학교

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Definitivamente, había dejado de ser invisible. Tan solo hacía un día desde que cogió la mano de JiMin en le pasillo y besó su mejilla antes de marcharse y ya estaba en boca de todos.

Cuando volvió a clase al día siguiente, no había ninguna mirada que no se dirigiese a él.
Intentó ignorarlo, pero cuando quiso sentarse en su sitio, pudo darse cuenta de que toda la mesa estaba pintada con una sola palabra y decenas de dibujos explícitos.

No dijo nada, simplemente se sentó e ignoró las miradas de odio cuando borró con la palma de la mano la palabra escrita con tinta sobre la madera, dejando los restos sobre su piel.

"Maricón"

Ese día, por alguna razón, fue el primero en la que alguien que no fuese su padre le llamara así pero, por desgracia, no fue el último.

Durante el recreo ni siquiera le dejaron salir del aula. Mientras recogía sus cosas sintió cómo las miradas sobre su persona aumentaban y cuando elevó la mirada pudo ver que un gran grupo de personas le habían rodeado.

No había forma de escapar.

- ¿Qué pasa, maricón? ¿Echas de menos a tu novio?

Sudor frío empezó a caer por su frente. Sin embargo, no dijo nada, solo se encogió sobre sí mismo e intentó salir de allí, pero el empujón que recibió solo hizo que bajase la mirada y apretase la correa de la mochila con fuerza.

- Vas a ir al infierno por lo que has elegido ser. – elevó la mirada, solo fue un segundo, pero fue suficiente como para que viesen por primera vez algo en lo que nunca se habían fijado a pesar de haber estado en la misma clase durante años – ¡Joder, pero si es un bicho raro al completo!

Algunos rieron, otros le abuchearon, pero cuando intentó bajar la mirada para ocultar su heterocromía, no se lo permitieron.

Entre unas cuantas personas le sujetaron por los brazos y, sin siquiera darse turnos o esperar a ver su reacción, comenzaron a insultarle y a darle algunos golpes.

Él solo intentaba evitarlos, gritando desesperadamente por ayuda, pero pronto taparon su boca. Al ver cómo intentaba escaparse, decidieron que llegarían al extremo con él.

Comenzó siendo una patada en la entrepierna, pero poco después se repartieron los golpes por todo su cuerpo.
No tardó mucho en caer al suelo, recibiendo fuertes patadas por todo su cuerpo, insultos y escupitajos.

Todo ello fue bajo el grito de "maricón", pero no era esa palabra lo que más le dolía.

Pararon. Solo lo hicieron cuando dejó de gritar y vieron cómo tanto su nariz como boca sangraban. Dándole una última patada, simplemente salieron corriendo, todos menos uno, quién cogió su pierna y con una sonrisa hizo lo que le dolería por un tiempo más largo, dejándole tirado poco después. Entonces las personas que se encontraban fuera de clase, intentando mirar qué sucedía, pudieron ver su cuerpo tirado en el suelo, ensangrentado, empapado por la lágrimas e inconsciente.

Incluso su ropa había empezado a mancharse de rojo.

Algunos simplemente dijeron que se lo merecía, pero unos pocos decidieron ir en su ayuda.

- LLAMAD A UN PROFESOR, A UNA AMBULANCIA, PEDIR AYUDA.

Por desgracia, algunos profesores que pudieron ver de primera mano lo que había pasado no hicieron nada, solo se fueron a sus despachos, ignorando la situación del pelinegro porque no pensaban que estuviese mallo que le habían hecho. Un chico gritó que había llamado a una ambulancia y poco después un cúmulo de gente se puso a su alrededor, murmurando cientos de comentarios diferentes antes de ver a un joven JiMin gritando que se apartasen.

Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora