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HoSeok tenía razón.

Aunque parezca poco creíble, está demostrado que las personas vivimos, aprendemos y asimilamos cosas en nuestro a día a día, después necesitamos algunas horas de sueño para retener la información en nuestra cabeza.
Bien, pues esto era algo parecido. Cuando una persona tiene depresión, ansiedad o un estrés muy alto, la forma de escapar de eso es: dormir. Puede sonar estúpido, pero es lo mejor que se puede hacer en esos casos.

En fin...ahora me alegraba de haber estudiado psicología, pero si pasaba más de diecisiete horas durmiendo...la cosa cambiaba.

-¿Qué hora es...? - en ese momento no lo sabía, pero resultó que JiMin, mi rubio vecino, había dormido conmigo parte de esas diecisiete horas. Y no lo juzgo...él también debería tener mucho peso sobre sus hombros después de saber toda esa porquería que ayer le había contado.-¿YoonGi?

Él me llamó, pero yo no podía terminar de despertarme. Él no parecía querer que siguiéramos descansando, mucho menos sabiendo que podría pasarme días y días de esa forma.

-Cariño...despierta.

JiMinnie...

El balanceo de mi cuerpo era cada vez más brusco, no podía despertarme, algo no iba bien...tenía consciencia, pero no podía mover mi cuerpo, no podía producir ningún sonido, yo...

-Mierda...otra vez no.

Genial, al parecer también era propenso a tener parálisis del sueño.

Pasaron unos minutos en los que mi menor trató de calmarse, y pasado ese tiempo, comenzó con lo que creí que sería su estrategia para sacarme de ese lugar.

Suaves caricias resbalaron desde mi frente hasta las clavícula en líneas amorfas que el menor dibujaba con sus dedos sobre mi piel. Su toque pasó por encima de mi nariz, labios, mandíbula y por mi nuez, la última resaltaba por estar acostado boca srriba.

Con esos simples roces mi cuerpo se destensó por completo, al fin podía moverme, aunque con esas caricias nadie querría moverse, ¿no?

-Ey... ¿Puedes moverte? - suspiré pesadamente y, cuando sus dedos rozaron mi nariz, fruncí levemente el ceño, uniendo mis cejas por un segundo- Eso es que sí, ¿cierto? - su risa...su hermosa risa había vuelto a hacerse presente.

En el día anterior, lo último que escuché fue su llanto. Eso me había dolido demasiado, ahora sus ojos tenían matices rojos, seguramente como los míos. Además, su pequeña nariz tenía un suave color rosa que se veía precioso en él.

-Vaya...el bebé ha abierto los ojos. - las caricias pasaron a ser tras mis orejas y simplemente no aguanté el cansancio y el malestar- No...YoonGi, tienes que despertarte, no es bueno para tu salud dormir tanto tiempo seguido.

Ahí tenía razón, eso lo sé, pero...

-Cállate... - en movimientos lentos pasé a estar en forma fetal, con mi nariz rozando la suya y mi respiración cada vez más pesada-Y no me llames bebé...mocoso.

Con mis últimas fuerzas levanté mi brazo, solo para poder abrazarle, pero no me dejó hacerlo, en cambio recibí una lamida en mi cara.

-¿Pero qué...? - abrí mis ojos al recibir otra de aquellas lamidas, esta vez sobre mi mejilla-¿Holly? -¿cuándo había pasado eso? - JiMin-ah...

El nombrado hizo un pequeño sonido con su garganta cuando al fin lo visualicé en la puerta del baño.

-Otra vez no... - no pude evitarlo, hice un gran puchero al verle haciendo algo que no fuese acostarse a mi lado - No me hagas esto...ven aquí. - ¿por qué ese empeño por hacer cosas productivas?

En algún momento fue a terminar de cepillarse sus dientes y, cuando volvió...yo ya iba por el tercer sueño.

-¿Ves? Eres un bebé, Yoonnie Hyung.

Solo para ti.

En ese momento tenía mis labios entreabiertos, de igual forma había abrazado a mi mascota como si fuese cuestión de vida o muerte, porque...bueno, si no le tenía a él, siempre tendría a esa bola de pelo.

-Gatito...no sé si puedes escucharme. -suaves caricias volvieron a llenar mi rostro de calor, aquel que solo él podía darme mi JiMinnie- Pero te quería dar las gracias por confiar en mí...gracias por dejarme ayudarte.

Por primera vez en días nuestros labios se encontraron. Apesar de no tener apenas consciencia por el cansancio, noté como todo mi cuerpo cosquilleaba tras dejar él un corto beso sobre mis belfos.

-Y porfavor...no me dejes sin tus besos por lo que te hicieron, incluso así eres la cosa más hermosa de este mundo...jamás me darías asco.

Solo él puede hacerme sonreír, incluso si no estamos en el mismo mundo.

-Hoy te salvas porque eres muy tierno, pero mañana te va a tocar hacer cosas productivas, bebé mimado.

Vaya, al parecer si que era un bebé...bueno...sólo lo sería para él.

Este sería nuestro pequeño secreto.

-'Capítulo 235.Post-confesión.'

Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora