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No sé si lo que hice se podría haber llamado dormir, pero al menos lo intenté. Intenté descansar dentro mi propio trance, sin embargo, soy totalmente incapaz de relajarme sin él.

La angustia en mi pecho y el no poder hacer ni decir nada para hacerme notar me estresa, lo hace tanto que creo que soy incapaz de hacer otra cosa que no sea intentar llorar a escondidas.

He estado contando; cada media hora una persona entra en el lugar y cambia lo que creo que es un bolsa conectada a mí, una por la que a veces se escucha algo parecido a una gota de agua caer.

Contando segundo a segundo para no pensar en lo demás, fui interrumpido por la puerta nuevamente, no tocaba cambio de bolsa - como yo le digo- por lo que supuse que no era la enfermera.

Estaba en lo cierto.

-Buenos días, Gatito.

La dulce pero cansada voz de JiMin se hizo en el lugar tras un largo suspiro, uno que sonó cansado...repetitivo.

-Vamos a hacer tus ejercicios...no quiero que pierdas más musculatura...cada vez se te notan más los huesos y no queremos eso, ¿cierto?

Con cuidado fui destapado, y los desnudos dedos de Park tocaron mi fría piel, esa que apenas sentía como una fina corriente de aire.

Como ayer pasó, mis extremidades fueron movidas una a una con cuidado, haciendo estiramientos tan muertos como mis músculos, cosa que pareció desesperar a Park, quien acarició mi mejilla con cuidado antes de suspirar temblorosamente.

- Yoonnie...¿Debería perder la esperanza con esto como han hecho los demás...?

No lo hagas...por favor, no lo hagas. Imbécil, ni se te ocurra.

- Sí estuvieses despierto seguramente me insultarías por decir algo así...pero, mañana se hará un año desde te pasó esto y...¿no piensas despertarte?

Lo intento...de verdad que lo intento, Minnie.

-En fin..hoy tampoco tengo nada que contarte, pero ayer no terminé, así que...supongo que lo haré ahora.

» El día después de San Valentín, es decir, después de las doce de la noche, seguimos haciendo el idiota en el restaurante, e incluso las cosas se volvieron un poco intensas...lo hicieron tanto que cogimos el coche antes para poder ir a casa sin que nadie nos molestara.

Sus dedos rozaron sobre la tela de mi pijama de hospital mis costillas, esas que estaban demasiado marcadas, tal y como él dijo en la mañana.

-Yo había bebido más que tú, por lo que eras tú quien conducía, Yoonnie. Y...menos mal porque, después de subirme  quedé completamente dormido.

» Lo...lo siguiente que recuerdo es que me despertaste con cuidado, pero tenias la piel muy pálida...me dijiste que habíamos llegado a casa, que podía bajar del coche, pero no me di cuenta del camión que pitaba con fuerza...ese que iba en dirección contraria e hizo que todos los conductores se saltaran las reglas y saliesen de los carriles, y otros....como hiciste tú, Gatito, pararon el coche en seco y corrieron hasta la orilla para poder huir.

» Acababa de despertar...y yo...yo realmente te creí, pensaba que habíamos llegado a casa...pero cuando salí del coche escuché a la gente gritar, los pitidos del camión que cada vez se acercaba más y más...me arrastraron hasta la orilla cuando intenté volver a entrar al coche para sacarte de allí, pero no me dejaron...me cogieron por los brazos mientras te gritaban que salieses.

» Yoonnie...tú estabas pálido, con el cinturón fuera de su lugar y tratando de abrir la maldita puerta que te dije que podíamos arreglar más tarde meses antes...trataste de romper tu ventana porque un coche había parado en seco frente al lado del copiloto donde yo estaba antes, y lo conseguiste...ibas a salir de allí, pero cuando pareció que todo iba a salir bien...

Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora