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Nuevo día, nuevas grabaciones, ¿cierto?

No es algo normal en la vida de todos, pero si lo es en la mía.

-No me gusta...¿Puedes volver a poner la pista?

NamJoon, al otro lado el cristal, rodó los ojos y suspiró, poniendo desde el principio el inicio de aquel fragmento.

Traté de buscar un buen tono para mi voz, pero, enserio...no pude hacerlo. Me estaba comenzando a frustrar, y fue por eso por lo que quité la imagen con la letra de la canción en mi teléfono y busqué dos cosas, primero los comentarios negativos de la última publicación subida a Twitter en mi cuenta, ya sabéis, ese video que había sido muy criticado por mostrar nuestra relación de forma pública. Y lo segundo que busqué fue nada más y nada menos que una foto de Jimin y yo mucho más jóvenes, una de aquellas fotos que solo los padres mandan cuando se aburren y buscan en su galería.

Con aquella sensación de anhelo y odio unidas, conseguí entonar "Daechwita", la - seguramente- principal canción de mi mixtape.

Había pasado casi medio día, pero por fin pude salir de aquella sala.

Le di un pequeño abrazo a NamJoon y le agradecí su esfuerzo y paciencia. Él sólo dijo que se quedaría un poco más para guardar y apagar el sistema, pero no me preocupé demasiado.

Corrí hasta el salón, lugar donde sabía que mi pareja se encontraría viendo aquella serie que no podía parar de ver una y otra vez. Su serie favorita, si se le puede llamar así.
Nada más verme, dejó de ver su estúpida serie y estiró sus brazos hacia mi, esperando a que yo me dejase abrazar, cosa que obviamente hice, dejando un pequeño beso en su nariz de paso.

-¿Ha ido bien? - asentí suavemente y me senté sobre su pelvis antes de dejar otro pequeño beso en su mejilla. - Has tardado mucho...-reí suavemente cuando acarició mis mejillas y bajó una de sus manos hasta mi cadera, dejando su toque en mi piel incluso después de separar su tacto.

-¿Me extrañaste? - él sonrió y asintió, dejando un beso algo más profundo sobre mis labios. - ¿Y por qué no viniste un ratito...uh?-mi voz sonó demasiado empalagosa, quizás era porque cada vez estábamos más pegados uno al otro, o alomejor fue por el cansancio...
En cualquiera de los casos, terminamos prolongado aquellos pequeños besos cada vez más, lo hicimos hasta el punto de perder la cabeza. La cordura ya no era algo que existiese para nosotros, tan solo existía el otro.

Sus pequeñas manos comenzaron a acariciar mi vientre bajo la ropa, subiendo más tarde hasta mi pecho, más concretamente a aquel punto sensible para cualquier ser humano. Nuestros labios tenían una danza profunda, pero lenta, como la primera vez que fuimos a aquel paso más adelantado del resto.

Y, sinceramente, creo que habríamos seguido por ese camino de no ser por los pasos del más alto resonando entre las escaleras.

-Mierda...

Mi menor no pareció querer separarse, al parecer él también me echaba de menos como yo lo hacía con él. Sus grandes labios comenzaron a jugar con mi lóbulo y cuello mientras sus manos seguían bajo mi camisa, permitiéndome maldecir en alto a NamJoon, quien, al terminar de bajar las escaleras, se paró en seco.

-Oh, ¿vais a...?

Un fuerte gruñido salió de lo más profundo de mi garganta al no verle marchándose por la puerta.

Era obvio que no lo quería allí en ese momento.

-Vete ahora mismo, a menos quieras aprender algo.

Kim hizo una pequeña mueca con su rostro y comenzó a caminar a paso rápido a la salida, momento en el que me permití volver a soltar suspiros con cada roce.

-¿Qué iba a aprender si se quedaba?

Sonreí de lado antes de mandar la camisa que antes llevaba puesta Park a cualquier lado, el que levantó su ceja, divertido.

-Anatomía.

Como siempre, no daré detalles de lo que pasó después de aquello, simplemente diré cómo acabamos los dos ese día. Y eso fue con mi cabeza apoyada en el pecho de mi menor y sus brazos rodeándome con cariño, tapados únicamente por las sábanas de nuestra cama.

La nieve había vuelto a hacer imposible el salir, así que estaríamos solos por un par de días; y yo, sin duda, iba a aprovechar aquello.

Hice pequeñas figuras amorfas sobre el pecho descubierto de Park antes de suspirar y apoyar mi mano completamente sobre este.

-Me apetece muchísimo fumar un cigarrillo....sería genial. - miré a mi menor por el rabillo de los ojos y volví a suspirar, esta vez acomodándome mejor sobre él- Pero no lo voy a hacer....

Hice una pequeña mueca antes de volver a hablar.

-Tal vez podría tomar un vaso de whisky... - mi menor negó suavemente y comenzó a acariciar mi espalda baja- ¿Ginebra? - Jimin volvió a negar, esta vez bajando más su toque y haciendo que encogiese mis dedos de los pies- ¿Ni siquiera soju...? ¿Una copa de vino?

Aquella juguetona mano fue la que me hizo olvidar por completo mis antiguas adicciones, ahora tenía una nueva y creí tener que bautizarla.

¿Jiminismo? ¿Mochinismo? No sé...¿Tú que opinas, Diario?

Bueno, fuese como fuese, el mismo Park Jimin era una adicción para mí. Cada lunar, cada pequeño pelo, sus rasgos...absolutamente todo me vuelve loco.

-¿Mi Gatito vuelve a estar cansado...? Sólo fueron un par de veces más, Yoonnie. Apenas tienes resistencia, ¿cierto?

-Cállate y dale mimos al gato...quiere dormir hasta que pase el invierno.

Por muy estúpido que fuese...

-¡Suga, vamos a hibernar juntos, bola de pelo!

...yo siempre lo amaré.

-A él no, idiota.

-'Capítulo 293. Gatos.'

Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora