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-Entonces, ¿me vas a dejar volver a casa? - pregunté aquello al lado de la puerta principal, estaba tan ansioso por ver a mi querida mascota que no podía evitar que incluso mis piernas diesen suaves saltos para liberar esa energía tan cruel - Por favor, JiMinssi. - junté mis manos y las froté levemente entre sí para que viese que realmente lo necesitaba.

Porque sí, necesita ver a Holly, después de días sin ella hasta podría asegurar que podía escuchar sus ladridos en mi cabeza.

Aunque...también es posible que realmente fuesen sus ladridos, a fin de todo, solo estaba en la casa al otro lado de la calle.

-Hyung...no sé si es una buena idea. - en ese momento dejé de frotar mis manos en aquel estúpido intento de rogar por poder salir a mi propio hogar.

Mis manos cayeron desplazadas a cada uno de mis costados y mis ojos se abrieron con decepción.

-¿Me estás diciendo que no puedo ir a mi propia casa al otro lado de la puta calle? - enfaticé en el "mi" y me señalé a mi mismo, tras ello apunté con el dedo hacia la puerta, la que daba a la misma calle que nos conectaba.- ¿Me estás jodiendo?

El menor bufó y rodó sus ojos antes de dar media vuelta sobre sus talones.

Sí pensaba que lo iba a dejar pasar, estaba muy equivocado.

-Park JiMin, abre esa maldita puerta- mi voz salió gruesa y borde...quizás demasiado para algunos, pero no suficiente como para hacer que él diese media vuelta y me hiciera caso- ¡Ábrela!

Tras mi grito, el tiempo pareció congelarse.

Los pies del rubio se detuvieron en seco y mi labio quedó entre mis dientes por un largo tiempo. Y justo cuando parecía que todo iba a volver a llenarse de vida, el teléfono del menor empezó a sonar.

-JiMin... - con su mano en el bolsillo para coger el teléfono y a paso rápido desaparecido entre los pasillos de la no tan gran casa, dejándome completamente solo en aquel lugar.

Pasaron minutos y comencé a preocuparme, tras ello pasó una hora y un grito por parte de Park resonó entre las paredes.

Llamé a la puerta de la habitación donde se encontraba, pero lo único que recibí era una sutil amenaza para que no molestase durante su llamada.

Al parecer era algo importante...

Y vaya que si lo era.

Pasaron dos horas y media desde que JiMin recibió la llamada. Dos horas y media en las que había introducido cientos de números aleatorios en el intento de encontrar la clave para abrir la puerta que me separaba de mi mascota.

Cuando me di por vencido simplemente me recargué sobre la puerta y me dejé caer hasta estar sentado en el suelo, lugar donde comencé a pensar en cosas triviales, de vez en cuando escuchando la voz del propietario de la casa hablando con aquella persona desconocida.

Al menos fue así hasta que la llamada se dio por finalizada y JiMin salió de la habitación al final del pasillo.

No tenía cara de muchos amigos, y por su forma de acercarse a mí ...no podía estar pasando nada bueno.

-¿Cuánto tiempo llevas sin entregar una producción? -su pregunta fue directa, el tono que uso cortante y su mirada... Dios, ¿por qué a mí?

-No lo sé...no demasíad...-no pude terminar la frase, cuando menos lo esperé fui elevado del suelo, sujetado por el cuello de mi camisa.

-¿Cómo se te ocurre descuidar así tu trabajo, uh? - su voz sonó fuerte. Casi como si no fuese el verdadero Park el que me hablaba.-Me han llamado de la empresa para decirme que llevas más tiempo del acordado sin entregar nada, ¿sabes? - su risa irónica me atravesó el pecho como un cuchillo, tanto que tuve que bajar la mirada para no tener miedo-¿Acaso crees que el dinero cae de los árboles? Tampoco habrás empezado con el libro que tienes que entregar en fin de año, ¿no?

Mis manos comenzaron a temblar cuando gritó la última frase y...solo quería que todo fuese un sueño, solo por esta vez.

-Ji.jiMin, yo... -sin previo aviso fui empujado contra la puerta en mi espalda, lo que me sacó el aire de los pulmones y las lágrimas que estaba aguantando al filo de mis ojos.

-¿Acaso crees que por no poder hacer las cosas presencialmente te iban a facilitar todo? ¡Joder, YoonGi! ¡Solo tenías que hacer esto bien!

Bueno...puede que eso fuese cierto.

-¿Qué vas a hacer ahora? - mi camisa fue soltada sin cuidado, pero tan rápido como eso pasó caí al suelo, quedando sentado nuevamente, solo que esta vez sin fuerzas ni ganas de volver a levantarme.

Era un inútil...no podía hacer nada bien.

-No sirves para nada.

Quizás estaba haciendo algo mal...

-¡Solo te pedí un pequeño favor!

Yo solo...

-Oh, venga, ¿te vas a poner a llorar por esto?

-YoonGi...

Cerré mis ojos lentamente e inconscientemente una pequeña lágrima calló desde mi mirada gacha hasta rebotar en el suelo, calentando su camino por mi mejilla de paso.

-Mierda...lo siento, no, por favor, perdóname. - puede que no pudiese hacer ciertas cosas todabía...pero sin duda sabía como defenderme.

Incluso si era de él.

-La clave... - para mi sorpresa mi voz salió de una forma casi cínica, como si me hubiesen arrebatado la vida de golpe. Aunque lo que sentía no estaba lejos de eso.

Levanté levemente mi mirada antes de volver a repetir aquellas dos palabras justo antes de que el menor simplemente dijera "el día de mi cumpleaños" con su voz rota y comenzase a dejar escapar algunas lágrimas de impotencia.

Estaba harto...más que eso, cansado.

Porque cuando todo parecía ir bien algo volvía a pasar, algo que lo jodía todo por completo y luego simplemente se olvidaba.

No...no dejaría que me volviesen a hacer daño.

No de nuevo.

Tan rápido como Park dijo aquello me levanté y tecleé un número que pensaba no conocer, entonces se escuchó el seguro de la puerta ser liberado y seguidamente a mi salir por ella.

El día estaba nublado, pero no tanto como mi mirada.

-Holly...-mi nariz escoció levemente al abrir la puerta y encontrarme con mi bola de pelo, la cual saltó repetidas veces hasta mi, dando luego vueltas a mi alrededor para después lamer las pequeñas gotas que caían de por mis mejillas que estuvieron dejándose caer durante toda la noche de trabajo.

-'Capítulo 204. Cuando las cosas se van.'

Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora