아빠는 알고있다

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Fue un error acceder a que le acompañase a casa, pero no pensó que porque fueran andando con las manos unidas mientras hablaban tranquilamente fuese a tener unas consecuencias de ese tamaño.

No podían imaginar que por ese pequeño beso de despedida todo fuera a joderse.

Ni siquiera hizo falta que entrase, con solo abrir la puerta la mirada de su padre se clavó en él.

YoonGi intentó coger la aún pequeña mano de JiMin y huir, pero su padre fue rápido y cogió su camiseta con fuerza, deteniéndole con un fuerte grito a sus espaldas, pero no iba dirigido a él.

- Tú... MALDITO MARICÓN. TÚ JODISTE A MI HIJO.

Cuando escuchó esas palabras, soltó la mano de JiMin e intentó detener al que trataba de lanzarse sobre su novio, insultándole y con la intención de golpearle, acabando todos los golpes en su espalda.

- CORRE.

JiMin estaba asustado, tanto que sus piernas temblaron e intentó que tanto YoonGi como él pudiesen escapar, pero el mayor aprovechó que su hijo miró durante apenas unos segundos al otro para golpearle en la entrepierna, cosa que hizo que soltara el agarre y cayera al suelo de rodillas por el dolor.

- HIJO DE PUTA. – entonces comenzó a correr, lo hizo con lágrimas en los ojos y durante largos minutos, no parando hasta que le perdió de vista. Entonces solo se metió en un restaurante donde había más gente y sacó su teléfono mientras intentaba recuperar el aliento.

Tardó varios tonos en responder, pero lo hizo, cogió la llamada.

- ¿Estás bien?

- Sí, he entrado en un restaurante. – al verle tan cansado, una pareja de abuelos le ofrecieron un vaso de agua, algo que le enterneció y tuvo que agradecer – ¿Te ha hecho daño?

Al escuchar un pequeño quejido, supuso cual era la respuesta.

- Me ha dado con la punta del zapato... – riendo suavemente para tapar el dolor, hizo una pequeña broma con aquello – ¿Sabes? Si pensabas tener hijos no cuentes conmigo, no creo que pueda después de esto.

En otra situación se habría reído, pero no podía cuando sabía que en realidad le había dolido y, si lo pensaba bien... ¿No era su culpa todo lo que había pasado?

- Oye... ¿Por qué no vienes a casa?

Suspirando, YoonGi le dijo que lo intentaría, pero que primero tendría que coger sus cosas.

- Puedo ir después del trabajo, hoy salgo a las ocho.

Bebiendo un poco de agua, negó y se sentó en una de las mesas para hablar más tranquilamente.

- No deberías ir a trabajar después de lo que ha pasado.

- Amor, sabes que no puedo volver a saltarme el horario, acabarán despidiéndom... Mierda.

En la línea se escucharon varios movimientos, pero solo cuando escuchó una segunda voz supo qué ocurría. Se escuchó cómo salía corriendo, cerrando la puerta tras de sí, pero eso solo empeoró la situación.

- ¡Min YoonGi! ¡Explícame qué cojones te pasa!

A esas alturas incluso se escuchó cómo tragaba en seco.

- Ji.JiMin... Tengo que cortar.

Le pidió que no lo hiciera, pero acabó por no tener opción cuando su padre forzó la puerta y le empujó, haciendo que el teléfono cayese y toda la discusión se escuchara por la línea.

Asustado, se puso en pie y comenzó a grabar la llamada para tener al menos una prueba de lo que estaba sucediendo.

- ¡No sé porqué tenía la esperanza de que fueras normal! – un par de golpes se escucharon, eso y un gruñido que reconocía de sobra –¡No solo jodiste a esta familia, mataste a tu madre, eres un maldito drogadicto y, por si fuera poco, maricón!

Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora