Era un día radiante; con la luz del sol en todo su esplendor, con esponjosas nubes adornando el cielo y algunos pájaros volando a su alrededor. El escenario perfecto para aquellas personas que apreciaban el buen ánimo que les producía la naturaleza. Sin embargo, entre ellas no se encontraba Min Yoongi.
Este joven de piel blanca y ceño fruncido no dejaba de quejarse por la intensidad de los rayos ultravioleta, los cuales lo obligaban a usar un enorme sombrero de flores que su mamá utilizaba cuando él era niño y ambos salían de compras en pleno verano. Aunque eso fue mucho antes de que su padre se volviera millonario y casi ni los viera por los constantes viajes de negocios que tenían.
Secretamente, Yoongi usaba ese sombrero por la nostalgia que le provocan aquellos recuerdos.
Sin embargo, el clima solo empeoraba el enojo que llevaba cargando desde que salió de la universidad, debido a la baja calificación que había obtenido al presentarle a su profesor las bases iniciales de una composición que dejó de trabajo hace unas semanas. Porque, claro, ese hombre no tenía idea de lo que le había costado crear los primeros segundos de su pieza con la presión de tener a su ex novio de vuelta en la ciudad; con suerte podía dormir de la angustia que sentía al imaginar toparse con él después de tanto tiempo de no saber sobre su existencia.
No, en definitiva, no quería a Hoseok nuevamente en su vida.
Sacudió su cabeza para sacar ese pensamiento de la misma para luego guardar el sombrero en su mochila cuando ya estuvo en la sombra más cercana e ingresó a su casa con la esperanza de al fin encontrar paz y comodidad.
No fue así.
—¡Soy Taehyung! —gritó el castaño alzando su brazo derecho mientras miraba al techo con convicción en la sala.
«Aquí vamos...», pensó Yoongi mientras rodaba los ojos.
—¡Soy Jungkook! —El chico pelinegro a su costado repitió la acción. Una risa aguda y chillona no se hizo esperar.
—¡Y yo soy Jimin! ¡Juntos somos... —Los menores juntaron sus brazos y los subieron más, simulando tener espadas en las manos— los tres mosqueteros! —dijeron en una sincronización increíble para después soltar ruidosas carcajadas.
—Las tres molestas pesadillas diría yo. —Yoongi cerró la puerta de un manotazo. Ni en su propio hogar podía estar tranquilo.
—¡Yoongi, querido hermano! ¡Te extrañé tanto! —Jungkook fue corriendo hasta colocarse frente al mayor. Este bufó.
—No pude pasar por el puesto de donas al venir aquí, así que ahórrate tus muestras de cariño barato e interesado. —La sonrisa del pelinegro se borró al instante.
—Eres tan tacaño. —Colocó una mueca de desagrado y cruzó los brazos.
—Como sea. No quiero que tú y los raros de tus amigos hagan ruido, voy a dormir.
—Estamos aquí también, podemos escucharte —intervino el de cabello rosa.
Yoongi no tenía paciencia suficiente para esto, por lo que su mente enseguida pareció susurrarle un: «Genial, lo que me faltaba...».
—Lo sé. Lo hacía con esa intención.
Fue lo último que dijo al ignorar las miradas de desdén de los menores y dirigirse a su habitación. Tiró su mochila al suelo y se dejó caer a lo que más quería en su vida, después de la música obviamente: su cama.
El mundo podía estar destruyéndose, pero él podría seguir durmiendo plácidamente en esta sin tanto lío.
Cuando al fin parecía que estaba pudiendo recuperar el sueño que le había sido arrebatado desde hace días, los gritos del primer piso le hacen abrir los ojos.
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Enamorado del mejor amigo de mi hermano [EMAH] | yoonmin
FanfictionA simple vista, este fanfic empieza con la típica trama de "noviazgo falso" que se vuelve real con el tiempo porque nuestros protagonistas se terminan enamorando perdidamente. Y no lo niego, gracias a esa propuesta es que esta historia tiene los cim...