Enamorado del mejor amigo de mi hermano [EMAH] | yoonmin

Tengo miedo...

—En esta parte de la letra, creo que sería mejor poner...

Zico se fue deteniendo, resoplando luego de percatarse de la mirada perdida de Yoongi.

A este paso temía quedarse sin aire en sus pulmones, ya que él llevaba así desde que había pisado su estudio hace una hora, y sus ratos de lucidez se resumieron en abrirle la puerta y mostrarle el software donde habían empezado a trabajar con la canción.

Habían pasado toda una semana en esa rutina, pero su progreso era el mínimo.

Y aquello gastó su paciencia, forzándose a tomar cartas en el asunto. Aunque no se esperó que un manotazo impactara directo en su cara tras intentar acercarse de más a Yoongi para que reaccionara.

—¡Es que lo atractivo se te va por lo bestia que eres! —le gritó mientras se cubría la nariz, siendo la que peor había salido afectada de tal golpe.

Yoongi apenas lo miró, retrocediendo con su silla giratoria.

—Tú te lo buscaste.

Zico respiró hondo, rogando no perder la poca paciencia que le quedaba.

—Mira, muñeca, esto no puede seguir así. —Su rostro se puso serio—. Es un proyecto importante para nuestra carrera. Tiene que salir perfecto.

Yoongi puso todo el peso de su cuerpo en el respaldar, frotándose el rostro al suspirar con frustración.

—Lo sé... Me voy a concentrar ahora, ¿sí?

Jiho chasqueó con incredulidad.

—Eso dijiste hace un par de días, ¿y qué crees? —Además, formó una torcida sonrisa con sus labios—. Seguimos en el hoyo.

El otro rodó los ojos, poniéndose de nuevo al frente de su computadora.

—Quien te conociera tan dramático.

Zico rio sin gracia ante su ofensa.

—Quien te conociera tan idiota. —Arqueó una de sus cejas, examinándolo a la vez—. Pensé que tu reconciliación con Jimin te quitaría toda esa cara deprimente que cargas últimamente.

Porque no había que ser demasiado inteligente para suponer cuál era el problema.

No sabía mucho sobre su historia con él solo que comenzó como una mentira, pero que eso no impidió que se enamorara y, tomando en cuenta la manera en que la que Jimin los había mirado esa vez, fuera correspondido.

Sin embargo, algo no parecía estar bien en Yoongi.

—Ese no es tu maldito problema —dijo el pelinegro de manera cortante y con su vista pegada en la pantalla.

—Lo es cuando afecta nuestro trabajo, muñeca. —Zico inclinó levemente su espalda para estar a la misma altura—. Y para que veas que estoy siendo serio, te ayudaré con mis grandes dotes de psicólogo.

—Eres un jodido loco.

Yoongi ni siquiera se molestó en hacerle caso, clickeando en los diferentes botones del software.

Pero esa respuesta no lo desalentó ni un poco, reincorporándose nuevamente para actuar con profesionalismo.

—Bien, paciente Min. —Jiho pensó por unos instantes—. ¿Jimin aún no quiere formalizar contigo? ¿Es eso?

Yoongi se quedó quieto por unos segundos, para después lanzarle una mirada llena de intimidación.

—Si solo vas a seguir con tus idioteces, te puedes ir largando desde este momento.