N-no te vayas... por favor

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Namjoon sonrió de manera amplia para poder darse el valor necesario de tocar el timbre, o más bien, para por fin pedirle a Seokjin que fuera su novio. Algo que debió haber hecho desde antes, pero que recién se atrevía por el acuerdo que llegó con su mejor amigo.

Hoy, los dos iban a abrir su corazón a sus respectivas citas.

Él había accedido después de resoplar, prometiendo así que ya no le aconsejaría más si siempre trataba de sacar provecho de lo que decía. Aunque, ahora esa idea no le parecía del todo mala.

Fue en el tercer llamado a su puerta que Seokjin se dejó ver, con el cabello algo despeinado y uno de sus ojos comprimidos por la luz que tuvo que soportar al caminar pesadamente hacia la entrada de su departamento, frunciendo las cejas al percatarse de que era Namjoon quien lo había despertado de su siesta.

—¿Joonie? —preguntó este en un corto bostezo al ladear su cabeza.

—J-jinie. —Justo en ese momento, el moreno no supo si estaba ansioso por lo iba a hacer o por la encantadora imagen con la que fue recibido—. T-te traje esto.

Seokjin parpadeó estando confuso, pero de todas formas se enfocó en lo que se puso frente a él, sonriendo al notar de qué se trataba.

Era un balde rojo que estaba siendo rodeado por un llamativo lazo que acababa con un pequeño moño en la parte delantera. No se podía reconocer a simple vista lo que contenía porque estaba sellada con papel aluminio, pero el olor que emanaba era de un delicioso pollo frito, la nariz de Seokjin jamás se equivocaba.

—¡Siempre tan lindo, Joonie! —Él lo tomó gustoso mientras se hacía a un costado para que el moreno ingresara—. Aunque debiste avisarme que venías.

Namjoon se quedó en blanco al cerrar la puerta. ¿No le había avisado? Se puso a repasar todos los pasos que planeó para esa noche y hasta recuerda cómo su sonriente madre lo botaba de la cocina para que la dejara consentir a su futuro yerno con su famoso pollo frito sin desastres de por medio.

«¿Acaso no le di click a enviar mensaje? —se cuestionó enseguida—. ¡Debí llamarlo!»

—A-al parecer lo olvidé... —titubeó con la mirada gacha. Es que no paraba de avergonzarse—. Lo lamento.

—No te preocupes. —Jin esbozó una sonrisa que no duró mucho al unir sus labios de manera fugaz en los del otro—. Esta perfecto para un maratón de películas, ¿no crees?

A él no le importaba lucir un poco desaliñado en su presencia, Namjoon ya lo había visto así tras haber dormido juntos algunas veces. Y para desgracia suya, sí, en serio había sido solo para dormir.

—A-antes quisiera... uh-

Namjoon se aclaró la garganta, deseando que con eso su tonto tartamudeo y el fuerte rubor de sus mejillas, desaparecieran. Igualmente, alzó su postura, inflando su pecho para mostrarse seguro.

—Jinie hyung...

El nombrado arqueó una de sus cejas, estando curioso por la actitud nerviosa del menor.

—¿Pasa algo, Joonie?

—Y-yo me preguntaba... ¡No! Te preguntaba más bien... ugh —bufó Namjoon, rindiéndose de sus pobres intentos de confianza—. Si tú... yo...

Se quejó entre dientes otra vez, formando un ligero puchero que provocó una instantánea risa llena de ternura y alivio en Seokjin, quien mejor decidió liberar sus brazos al poner el balde en un mueble cercano a ellos para lograr aproximarse adecuadamente al moreno.

—Sí quiero ser tu novio, Joonie. —El brillo de sus ojos se mezcló con la caricia que comenzó a ejercer en la cálida mejilla contraria.

—¡¿C-cómo-

Enamorado del mejor amigo de mi hermano [EMAH] | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora