¡CRAG!

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TW: Lenguaje de contenido delicado. 

•••

Jungkook, desde que recuerda, fue un niño muy retraído. Tanto que no era capaz de mirar a la cara a quien le estuviera hablando sin que sus mejillas se encendieran o que su pulso estallara a velocidad.

No es que tuviera algún tipo de ansiedad social, o al menos no lo consideraba hasta ese nivel; más bien, no soportaba que su mente se quedara en blanco a la hora de hablar con alguien. Y eso le pasaba a menudo con una vida tan solitaria y monótona como la suya.

Él no tenía historias que contar sobre sus momentos en familia o paseos a algún bonito lugar los fines de semana. No con sus padres en el extranjero la mayoría del tiempo.

Siempre obtenía un nuevo y costoso juguete en cada cumpleaños y festividad. Pero, muchos de estos eran entregados por paquetería a la casa acompañados con alguna tarjeta llamativa.

Sin embargo, cuando estas por acabar tu niñez, te das cuenta que a tus demás amiguitos ya no les interesará jugar contigo así este sea de la mejor marca. Y Jungkook sintió una pesadez enorme en su pecho; era la única forma que había encontrado de no estar solo en la escuela.

Porque, de todas formas, siempre lograba encontrar compañía en casa con su solitario hermano. En su inocente cabecita, imaginaba que eran ellos dos contra el mundo, como un par de superhéroes luchando juntos contra el mal.

Y para el pequeño Jungkook, aquello era suficiente.

Por lo menos así fue hasta que Yoongi conoció a un chico alto de sonrisa de hoyuelos, llevándolo constantemente al espacio íntimo que había construido con su hyung. Él lo detestó enseguida.

Cuando vino un segundo amigo de rostro alargado y risa contagiosa, Jungkook estaba seguro que correría con la misma suerte que el otro.

Qué equivocado estaba.

Por extraño que parezca, a Hoseok no le agradaba que el menor viviera encerrado en su habitación, motivándolo a que conviviera más con el resto de ellos. Yoongi no hizo alguna objeción y Namjoon solo asentía temeroso de la mirada cargada de molestía que siempre soltaba cuando era obligado a ello.

Jungkook no solía participar en sus conversaciones, optando por esconderse en su celular hasta que alguno de ellos se fuera y poder continuar estando con su hermano a gusto.

Aquella táctica no le duró al verse abrumado de preguntas provenientes del chico de sonrisa de corazón. En un inicio, lo ignoraba para que no se diera cuenta de la timidez detrás de ello, pero el mayor era realmente insistente. A Jungkook no le quedó más remedio que seguirle la corriente con la esperanza de que lo dejara tranquilo alguna vez.

Un año pasó y aquello solo logró volverse una costumbre entre ellos.

Ambos se confiaban relatos, experiencias o sueños emocionantes por cumplir. El menor se sintió valioso a su lado, sonriendo brillante cada vez que Hoseok frecuentaba la casa, lo cual era muy seguido.

La pubertad llegó, generando mil dudas dentro de sí. Jungkook no vacilaba en responder que, al menos hasta ahora, solo le atraían las chicas, ya que se había fijado en un par en lo que llevaba de escuela.

Sin embargo, hubo un breve momento de... confusión en él.

O así es como prefirió llamar al hecho de que su corazón había latido tan rápido con la simple mención de «Kookie» en los labios de Hoseok la primera vez.

En ese momento no entendía lo que le pasaba a su estómago cada vez que lo veía sonreír tan ampliamente, la cual le generaba pequeños hoyuelos en las comisuras de su boca.

Enamorado del mejor amigo de mi hermano [EMAH] | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora