Un día entero había pasado y Jimin, aprovechando que era fin de semana, seguía caminando por las calles de la ciudad en busca de algún trabajo que pudiera aceptarlo sin importar su inexperiencia ni su edad. Aunque los múltiples rechazos que recibía lo estaban desanimando, rendirse no era una opción.
Su familia paterna de Busan le continuaba mandando algo de dinero, tras negarse a vivir con ellos desde un principio, pero esta no sería suficiente si planeaba quedarse en la casa de Taehyung hasta que el juicio culminara. Y no se permitiría estar de gratis cuando la señora Kim ganaba solo lo necesario para ella y su hijo.
Por lo que intentaba que su sonrisa estuviera intacta en cada lugar que ingresaba, pero la respuesta no cambiaba y a él ya le estaba empezando a apretar el estómago del hambre después de un recorrido de casi tres horas.
Jimin respiró hondo, esta vez dejándose llevar por el camino que sus piernas establecieran por el gran sentimiento de derrota que lo golpeaba. Cuando creyó que se estaba dirigiendo a la casa Kim, una bonita y conocida fachada a lo lejos, hizo disminuir su paso.
Había llegado a una casa, pero esta le pertenecía a los Min.
Su pecho se hundió enseguida, generando un estado de alerta en él que solo aumentó tras no detenerse hasta estar lo bastante cerca a la acera de dicha propiedad.
«¿Estará en casa?», se preguntó sin poder evitarlo.
De pronto, la puerta se abrió, pero de esta salió una mujer de complexión delgada y estatura promedio, que traía una bolsa de basura en sus manos mientras parecía hablar distraídamente.
Jimin se paralizó en su sitio; aquel elegante rostro ya lo había visto en varias videollamadas que Jungkook hacía... con su madre.
—Sí, Mike, necesito los documentos lo más ra- —Los ojos afilados de la mujer se percataron de su presencia, reduciendo sus movimientos luego de colocar la bolsa en su lugar—. Mejor hablamos luego, cuelga tú.
El pelirosa se extrañó de lo último que dijo hasta que notó un auricular en una de sus orejas.
—S-señora Min... —Bajó la cabeza sintiéndose avergonzado de actuar así frente a ella, siendo que es la primera vez que la ve en persona.
Ni bien lo escuchó, la contraria torció levemente sus labios.
—Preferiría que me llames por mi propio nombre, Lee Chaerin. —Se aproximó a él con una suave sonrisa—. Eres más tierno ahora que en pantalla, pequeño.
Las mejillas de Jimin se ruborizaron, uniendo sus manos con nerviosismo.
—E-es un gusto conocerla al fin, señora Lee.
Chaerin sonrió de manera amplia, estando complacida de cómo sonaría el volver a usar su apellido.
—Lo mismo digo, Jimin-ah. Pero ven entra a la casa que no te puedo seguir hablando con las manos sucias.
Se rio por lo bajo, pero su gesto paró en el instante que notó el semblante ansioso del otro.
Ella suspiró después de un instante. Por supuesto que estaba al tanto de lo último que había pasado con su hijo. O al menos lo poco que le pudo contar Jungkook sin que Yoongi los escuchara.
Y eso fue lo que le impulsó a invitarlo; no sabía a plenitud qué había sucedido entre ellos, pero simplemente, y ahora que lo conocía, no cabía en su cabeza que un chico como él pudiera haber dañado a su hijo.
Además, algo en Jimin le resultaba familiar.
—N-no creo que sea una buena idea...
—Solo será un rato, ¿sí? —le habló con dulzura.
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Enamorado del mejor amigo de mi hermano [EMAH] | yoonmin
FanfictionA simple vista, este fanfic empieza con la típica trama de "noviazgo falso" que se vuelve real con el tiempo porque nuestros protagonistas se terminan enamorando perdidamente. Y no lo niego, gracias a esa propuesta es que esta historia tiene los cim...