Quiero seguir...

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Cuando la noche se apoderó del cielo, quienes estaban en la casa Min, incluyendo a Jungkook que había vuelto recién hace unas horas porque su trabajo de la escuela había tardado más de lo esperado, comenzaron a prepararse para ir a dormir.

Como era costumbre, Yoongi se dio una ducha rápida antes de acostarse, pero esta vez sin lavar su cabello negro. Al retornar a su habitación, con su pijama ya puesta, destensó su espalda por el tiempo que pasó sentado en su estudio.

Jimin lo recibió con una tímida sonrisa ya estando listo en la cama.

El músico se acomodó a su costado, colocándose de perfil hacia él para contemplar el ligero rubor en sus abultadas mejillas. Este bajó un poco su rostro al verse expuesto a la intensa mirada felina de su hyung.

—¿Sin sueño? —le preguntó Yoongi al percatarse de que el tiempo pasaba y él seguía sin mostrar indicios de querer dormir.

—Creo que lo agoté todo esta tarde —dijo el pelirosa con gracia antes de volver a levantar su vista hacia el otro.

—Pero debes dormir.

Instintivamente, Yoongi acercó su brazo a la cintura del menor para rodearla sin fuerza alguna, casi como una caricia.

—Y tú igual, hyung. —Jimin acercó su rostro hacia él con un puchero en sus labios. Estaba regañándolo a modo de juego—. Pero aun así duermes después que yo.

El pelinegro torció su boca hacia un lado, entre divertido y complacido por la manera que se estaba expresando. Era verdad lo que estaba diciendo, él podía dormir bastante la mayoría de veces, pero esto era irregular.

—¿Y cómo lo has notado? —Este sonrió satisfecho en el instante que las suaves facciones del menor se encendieron más. Nunca se cansaría de aquella faceta avergonzada y tierna que lucía en momentos como esos.

Jimin tragó en seco. Estaba nervioso, pero la razón de ello distaba mucho de lo que Yoongi se imaginaba.

Estar a contraluz de la ventana le permitía darse cuenta que la camiseta negra y sin mangas que su hyung portaba, le quedaba demasiado holgada lo que accedía a que una parte de su pecho se tornara visible... tal como sucedió con el albornoz.

Mordió su labio interno al recordar la noche que pasaron. Él deseaba volver a sentir a su hyung de alguna bendita manera.

Yoongi agrandó su mirada cuando notó que dicho aspecto sonrojado no era producto de su timidez. La mano de Jimin en su hombro, que estaba un poco descubierto, paró cualquier acción de su parte.

Los ojos marrones del pelirosa ardieron de deseo cuando se posaron en aquella fina piel, no tardando en bajar ese pedazo de tela que obstruía su atractiva vista. Remojó sus labios con la lengua cuando pudo dar con uno de los pezones del mayor. Agradeció contar con algo de experiencia en ello mientras lanzaba a su boca en ese lugar.

Yoongi, quien siguió atento a cada movimiento, se estremeció por el impacto. Jimin succionaba lento, ayudándose de su mano para continuar reteniendo la abertura superior de la camiseta. La rigidez que iba adquiriendo, lo estimulaba a incrementar la velocidad, pasando su lengua de rato en rato ya que así podía percibir cómo el cuerpo de su hyung se agitaba.

El pelinegro tuvo que apretar sus labios con dureza. Todavía su mente estaba lo suficientemente consciente como para olvidar que no eran los únicos en casa.

Sin embargo, perdió el control cuando sintió un hincón placentero en la zona que estaba siendo atendida. Jimin había mordido la punta de su pezón.

Por lo que tomó la cabellera rosa del contrario para separarlo de un tirón. Hizo un puño con esta, lo que provocó un ahogado jadeo instantáneo de un menor con respiración agitada y cara llena de rubor.

Enamorado del mejor amigo de mi hermano [EMAH] | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora