pip pip pip

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—Y esta es la habitación.

Taehyung lo dijo por medio de un suspiro a causa de lo agotado que se sentía al cargar las pequeñas, pero pesadas maletas de su amigo hasta el interior de su casa. Hizo un último esfuerzo para ponerlas al lado de la cama de una plaza que había allí.

Jimin lo miró débilmente, abrazándose a sí mismo al querer bloquear los escalofríos que habían empezado a recorrer por su cuerpo desde que chocó con el frío de la noche al salir apresuradamente de la casa de los Min, ya que Taehyung no se fiaba de la ira de Jungkook.

Sí, después de todo no era seguro que él se quedara en esa casa hasta que las cosas se arreglaran con Yoongi.

—Solo estoy dando molestias, Tae... —dijo Jimin en voz baja, quedándose quieto en la puerta.

—¡Claro que no! —exclamó el castaño con algo de indignación a la vez que se colocaba enfrente suyo—. Mi mamá te adora.

Él adoraba a su pelirosa amigo, por lo que no dudó en ofrecerle su casa por mientras. Además, no se hubiese perdonado dejarlo a la deriva cuando prácticamente no tenía a alguien presente con quien contar en esos momentos.

«De hecho, Jimin siempre podrá contar conmigo», se corrigió al instante.

—D-debí llamar a mi tío de Busan y-

—¿Y no seguir acompañando a tu papá en el tratamiento? —replicó él con una segunda intención, tomando su mano con suavidad para que entrara.

Sin embargo, muy lejos de conseguir tranquilizarlo, el brazo de Jimin se tornó rígido, impidiendo el cometido del otro.

—Dios, mi papá... l-los mellizos...

—Por eso tienes que quedarte. —Taehyung no llegó a entender la repentina angustia de su amigo, así que solo buscó calmarlo al acariciar el dorso de su mano con la suya—. Mi mamá tiene doble turno en el hospital, pero mañana a primera hora le decimos, ¿va?

Aunque para él era algo innecesario.

La señora Kim, una responsable y dedicada pediatra, apreciaba a sus dos mejores amigos, especialmente porque estaban para su hijo cuando a ella, muchas veces, se le dificultaba estar en casa por el tiempo extra que debía cubrir.

Y ser madre soltera complicaba aún más todo, pero para su fortuna, Taehyung la comprendía y admiraba más por eso. Y cómo no hacerlo, siempre le decía, si ella, pese a su regular ausencia, lo llenaba del suficiente cariño y atención que un hijo podría pedir.

Los hombros de Jimin se aflojaron, volviendo manejable el brazo que estaba siendo sujetado por el castaño, lo cual enseguida ayudó a que fuera dirigido hacia el otro extremo de la habitación.

Sus hinchados ojos marrones continuaban en el suelo, haciendo que el suspiro del otro fuera inevitable.

—Todavía no entiendo qué es lo que pasó, Jimin... ¿Terminaste con Yoongi hyung? ¿Es eso?

Sin embargo, el solo hecho de pensar en esa posibilidad era absurdo para Taehyung. Él mismo había sido espectador de actos tan dulces por parte de la pareja que una repentina ruptura carecía de total sentido.

Jimin mordió de forma ansiosa su labio inferior, mientras su cuerpo se tensaba otra vez.

—Tae... n-no quiero hablar de eso ahora.

De inmediato, Taehyung se dio un breve golpe en la frente.

—Muy entrometido, perdón —dijo apenado.

El pelirosa quiso contradecirlo enseguida, pero en el instante que se dio cuenta de la realidad, desistió de ello. Decirle lo que en verdad había ocurrido, no era una opción; así que, solo atinó a permanecer en silencio, con la culpa carcomiéndole el alma cada vez más.

Enamorado del mejor amigo de mi hermano [EMAH] | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora