Enamorado del mejor amigo de mi hermano [EMAH] | yoonmin

Hazme lo que quieras

Antes de leer, quiero advertirles que hay una parte en este capítulo (por el título lo pueden adivinar), que se vuelve demasiado explícita, así que ya saben, si les incomoda, solo lo saltan hasta que vean las calaveritas y ya. 

•••

Jimin no cabía de la emoción al releer una y otra vez la lista de ingresantes del portal web de la "Universidad Nacional de Artes de Corea". Su nombre estaba allí, dentro de la sección de la facultad de Danzas.

No podía estar más contento mientras era felicitado por su papá y su novio le sonreía de encías a su costado.

—Sabía que lo lograrías, pequeño. —Jungsoo lo tiene abrazado por la espalda—. Siempre haces sentir orgulloso a papá.

Jimin percibe vívidamente la calidez y el amor que él le transmite, sintiéndose todo un niño en sus brazos.

—Gracias, papá...

Jungsoo besó su coronilla, separándose luego de unos segundos para retomar su camino a la salida.

—Cuando venga de mi cita con el médico, tenemos que festejar a lo grande.

Jimin niega de inmediato, parándose de la barra de la cocina para alcanzarle algún abrigo del perchero.

—No es necesario.

—Sí que lo es —interviene Yoongi, estando aún sentado y cerca a la laptop en la cual habían visto los resultados—. Estoy de acuerdo con usted, señor Park.

Este le sonríe victorioso a su hijo.

—No me canso de decir lo mucho que me agradas, jovencito.

Jimin rueda los ojos.

—Eso es porque te hace caso en todo. —Pese a ello, sonríe al final. Le encanta lo bien que se lleva Yoongi con su familia—. ¿Seguro no quieres que te acompañe a la consulta?

Jungsoo rechaza aquella petición una vez más.

—Te recuerdo que soy un adulto, puedo cuidarme solo. —Abre la puerta de la casa—. Además, son unos simples chequeos.

Y en verdad lo eran, ya que se trataban de los últimos procedimientos que debía hacer antes de que llegara el día del juicio por la tenencia de los mellizos.

—Está bien —suspiró Jimin—. De igual manera, me llamas cuando llegues al hospital.

Jungsoo niega entre risas. Su pequeño mayor era el vivo reflejo de su madre.

—Hecho. —Se despide con la mano de la pareja—. Hasta luego, hijos.

Yoongi se inclina a lo lejos con un profundo sonrojo en sus mejillas hasta que la puerta es cerrada, mientras por el rabillo del ojo nota que su novio se gira emocionado hacia su sillón para terminar de caer en este; sonríe al instante.

—¡Estoy tan feliz! —Jimin alza sus brazos con un risueño gesto en su rostro. El músico se levanta de su asiento para ir junto a él.

—Y yo lo estoy por ti, Jiminie.

Yoongi ejerce una suave presión contra sus labios, sin saber dónde sentarse después porque sus piernas estaban ocupando todo el espacio.

Sin embargo, estas mismas piernas lo jalan al sillón, rodeando su cintura, mientras que el cuerpo de Jimin se incorpora hacia él en un fuerte abrazo.

—Cariño~ —le ronronea cerca a su oreja y con un puchero en sus labios.

Yoongi se ríe por el cosquilleo que eso le causó, centrándose en los ojos marrones que estaban mirándolo con un brillo especial.