Enamorado del mejor amigo de mi hermano [EMAH] | yoonmin

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Yoongi se frotaba con fuerza los ojos para que estos se enfocaran mejor en lo que estaba escribiendo, o en su intento de, mientras chasqueaba levemente en desacuerdo cada vez que lo tachaba.

Hablábamos de un "para siempre"

pero nos destruimos mutuamente sin piedad.

Pensaba que soñábamos el mismo sueño

pero ese sueño se convirtió en un simple sueño.

Torcía su boca de lado, sintiendo que toda la amargura que había acumulado por dentro viajaba hacia sus dedos de manera impulsiva.

Mi corazón se está desgarrando

solo préndele fuego

entonces el dolor y los sentimientos no permanecerán.

El lapicero fue apretado ni bien se detuvo. A veces detestaba cómo su inspiración era reflejada en sentimientos que prefería guardar. Porque solo conseguían volverlo un patético.

Un patético que otra vez estaba sufriendo por amor.

Justo cuando estuvo a punto de resoplar por enésima vez en el día, su cuaderno se le fue arrebatado bruscamente. Yoongi reaccionó enseguida, estando listo para enfrentar al idiota que lo estuviese molestando.

Hasta que recayó en que el supuesto idiota había sido su profesor porque estaba en su última hora de Proyecto Musical I.

—Espero que esto sea parte del trabajo que dejé hace unos días, joven Min.

Con la vergüenza marcada en sus blancas mejillas y las miradas curiosas de sus compañeros, Yoongi se atrevió a responder:

—Eh... sí... esto es pa-

Sus ojos negros se abrieron par en par, mientras su voz se apagó rápidamente.

«Alto... ¿qué trabajo?», se preguntó al instante.

—¡Por supuesto, profesor Kim! —intervino Zico con una sonrisa, llamando la atención de todos a una de las esquinas del salón—. Ya nos conoce lo apasionados que somos con esto que hasta su clase nos inspira para componer.

El hombre arqueó una de sus cejas, mirándolo con escepticismo.

—Pues espero que toda esa pasión funcione más que su palabrería.

—Ni lo dude. —El pelirrojo agrandó su gesto, sin dejarse afectar por la clara intención del comentario de su profesor.

El cual se giró nuevamente hacia Yoongi para devolverle su cuaderno con una advertencia en su mirada.

—Bien. Eso es todo por hoy.

Yoongi parpadeó, fijándose apenas que su profesor volvía a su escritorio y que el resto de sus compañeros ya se estaba alistando para irse.

Se removió en su silla como si estuviera continuara desorientado. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que llegó a la universidad?

—No es mucho de mi estilo, pero tiene potencial.

La voz de Zico llegó de golpe a su oreja, sobresaltándolo otra vez.

Yoongi lo miró con enojo mientras cerraba de inmediato su cuaderno.

—¡Piérdete!

—Lamento no poder hacer lo que me pides, muñeca —dijo Jiho con un tono de falsa pena—. Tenemos que acordar lo del trabajo.