Te amo...

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Jimin giraba lentamente uno de sus hombros al masajearlo con suavidad, mientras terminaba de estudiar su última lección de Lenguaje sobre la cama de Yoongi, esperando que la tensión muscular en esa zona disminuyera.

Pero no lo estaba logrando. Así que se puso de nota mental alargar las horas que usaba para entrenar.

Su cuerpo no se sentía tan liviano como antes por lo irregular que se había vuelto su rutina de ejercicios desde que dejó un poco de lado la danza hace ya un par de años. Y eso era inconcebible para cualquier bailarín.

Sin embargo, la línea de sus pensamientos se fue acortando al notar que una de las puertas de la habitación se estaba abriendo. Jimin sonrió apenas lo vio salir del baño, ya estando con el pijama puesta mientras secaba su liso cabello negro con una toalla.

Yoongi se detuvo en el espejo de cuerpo completo que tenía, concentrándose en desaparecer todo rastro de humedad o al menos eso fue lo que creyó el pelirosa ante su expresión, pero los movimientos que hacía se volvían cada vez más mecánicos, alertándolo enseguida.

—Yoonie —le dijo Jimin en voz alta para llamar su atención, pero manteniendo la tranquilidad en su voz. Él se giró, luciendo algo perdido y solo logrando responder con un sonido saliendo de su garganta—. Ven aquí.

Yoongi soltó la toalla, dudando en caminar hacia la cama, pero finalmente lo hizo, sentándose en el espacio que Jimin le había indicado con la mirada, quien aprovechó en deslizar sus piernas cerca suyo.

—No quiero distraerte, estás estudiando. —Frunció un poco el rostro al decirlo.

Jimin le sonrió.

—Ya acabé, además... —Puso su cuaderno sobre el velador de madera, doblando sus rodillas al estar tan cerca de su hyung—. Te pasa algo.

Los labios delgados de Yoongi se aflojaron en una leve sonrisa.

—Ni siquiera lo preguntarás antes.

Jimin amplió su gesto.

—Es que ahora la pregunta sería si me lo vas a decir o no.

Sus ojos negros recorrieron su rostro con una seriedad que el pelirosa no esperó, siendo empeorado por el abrumador silencio que vino después. Jimin iba a empezar a hablar, pero el otro se adelantó.

—Mi mamá se contactó con... mi padre.

Y ahora esa era una nueva preocupación para él por la forma en la que se lo dijo.

—¿E-eso qué significa?

—Que cuando creí que ya no habría nada que me decepcionara de él... —Yoongi dejó escapar un pesado suspiro—. Insiste en regresar con mi mamá y-y recuperar a su familia. —La punta de su lengua golpeó la esquina de su boca—. Cuando es evidente que yo no estoy incluido ahí.

Jimin tomó con delicadeza, pero firmeza a la vez ambas manos de su hyung, reforzando su contacto a través de una unión que deseó fuera la suficiente para conseguir transmitirle su incondicional apoyo.

—Yoonie...

—¿Sabes lo que más me enoja? —La mirada de Yoongi se estaba apagando—. Que estoy casi seguro que incluso después de que se lo digan —acentuó esa la última palabra—, actuará como si nada. —Soltó una risa hueca—. Casi... —Chasqueó con amargura—. ¿En serio todavía espero cosas de él?

Esa pregunta hizo que sus ojos negros se llenaran de lágrimas, mientras la tensión en sus manos aumentaba.

Su mente había comenzado a proyectar momentos que fácilmente lo hubieran sacado de sí mismo, si Jimin no se hubiese apoderado de sus mejillas con determinación.

Enamorado del mejor amigo de mi hermano [EMAH] | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora