Enamorado del mejor amigo de mi hermano [EMAH] | yoonmin

Amor mío

Jungkook sabía que sus acciones no eran del todo correctas, pero se prometió que sería la última vez que haría algo imprudente. Lo cual en verdad era debatible, pero trataría de controlarse a partir del día de mañana.

Es que no puede simplemente ignorar la situación de Jimin. Porque si él sufre, Yoongi también.

Sí, esa es su patética excusa para meterse en problemas que se supone ya no le incumben en absoluto. Jungkook resopla irritado; a veces odia ser tan honesto hasta con sí mismo.

Para no dar más vueltas dentro de su mente, opta por tocar el timbre de aquella casa que quedaba a pocos minutos de la suya. Le sorprendió en parte descubrir ese hecho al seguir, en una ocasión, a Junhye después de que finalizara su ciclo escolar.

Ya que ella no se estaba dirigiendo a su propia casa, sino a la de Jieun.

En el pasar de las semanas, Jungkook llegó a la conclusión de que usaban su casa como lugar para planear sus peores fechorías. Lo que era algo decepcionante porque al menos había esperado gustarle a alguien decente.

Aunque esa observación comienza a decaer por el rostro totalmente paralizado y sonrojado de la joven apenas le abre la puerta.

Jungkook tuvo que esperar varios segundos para que los balbuceos de Jieun logren transformarse en palabras claras.

—J-jungkook-ssi. —Ella no sabía si desmayarse de la impresión, pellizcarse para descartar si es uno de los tantos sueños que tiene con él o, en el mejor de los casos, seguirle la conversación. Se fue por lo tercero ante el silencio que se empezaba a alargar—. ¿Qué hace aquí?

El mencionado arquea una de sus cejas por su habla tan respetuosa cuando el menor es él.

—Debemos hablar.

Jieun parpadeó aturdida al escucharlo, sin creer lo que estaba pasando, pero aun así no lo cuestiona porque disfrutaría al máximo ese peculiar sueño.

Sale de su casa con una sonrisa tímida que parece congelarse en cada paso que da tras seguirle el ritmo a Jungkook a un paradero incierto.

«Para no ser real... siento demasiado frío —piensa mientras se abraza a sí misma para proporcionarse calor, atreviéndose a contemplarlo con ojos enamorados al tenerlo así de cerca—. Hoy tu rostro luce más nítido que las otras veces...»

—Es bastante raro que me mire tanto. —La expresión de Jungkook es neutral, pero su tono de voz recalca la incomodidad de su acto—. Deje de hacerlo.

—O-oh, lo siento. —Jieun baja la cabeza. El Jungkook de sus sueños jamás había sido seco al hablar. Era todo lo contrario; dulce, encantador y...

Se sobresalta de pronto, fijándose en el color natural del pavimento junto a restos de la nieve que empezaba a derretirse bajo sus botas. El ruido que causaban estas al chocar se mezclaba vívidamente con el del exterior.

¡Oh no! ¡Abortar misión!

—Aquí está bien. —Jungkook los hace detenerse en la cuadra menos transitada de la recta de su casa, mientras que ella ya estaba lista para convulsionar—. Seré directo —la confronta al ponerse delante suyo—. Estoy al tanto de lo que siente por mí, de modo que no logro comprender sus razones para buscar dañar a personas que me importan tanto.

Jieun no es capaz de darle la cara, encogiéndose en su lugar con el pulso hasta las nubes. Sí, siempre supo que era muy obvia, pero no imaginó que había llegado a ese grado de humillación.

—Y-yo...

—Ni siquiera trate de negarlo. —Jungkook profundiza sus grandes ojos negros en ella.

—Y-yo... —Jieun inhala, con temblores sacudiéndole el cuerpo entero y expulsa el aire con esfuerzo. Había sido descubierta—. S-sabe de la fama que tuvo Jimin en la escuela... yo solo quise-