Enamorado del mejor amigo de mi hermano [EMAH] | yoonmin

Cariño...

—Oh, buenas noches, hijo.

Jungsoo lo saluda con una extensa sonrisa apenas le abre la puerta de su casa.

Yoongi aclara su garganta de forma nerviosa. Había rogado en todo el camino ser recibido por su novio y no por su padre. Porque aún sentía la presión de dar una buena impresión hacia él.

—Buenas noches, Señor Park. —Hace una corta reverencia—. ¿Co-cómo le va? —Se reprocha a sí mismo por titubear.

Jungsoo se ríe con gracia.

—Muy bien. —Gira un poco la cabeza hacia su sala, agradando su gesto—. Pero no más que a mi pequeño. —Se hace a un lado para poder mostrar a quien tanto pidió ser escondido desde que estuvo listo para generar emoción.

Dejando mudo a Yoongi por lo perfecta que lucía su figura en un esmoquin entallado de color blanco, destacando unas solapas largas y negras en la chaqueta, siendo de igual tono del corbatín que rodeaba el cuello de su camisa.

Jimin mueve su cabellera rosa con timidez al sentirse detallado, la cual siempre alisaba para ocasiones especiales como esas.

—Y-yoonie... —Sin embargo, al subir su mirada, descubre que la sorpresa terminó siendo para él tras quedar flotando en el aire ante la imagen que se estaba proyectando al pie de su puerta.

Es que siempre supo que Yoongi es alguien digno de admirar, pero el que sus cabellos negros estuvieran direccionados a los costados y que lo único que resaltara sea el leve flequillo que se formaba elegante en el lado derecho de su frente junto al característico esmoquin negro que se vería común en cualquiera, pero claro que menos en él, era de otro mundo.

Yoongi lucía como un galán de cine del siglo pasado y Jimin solo atinó a deshacerse en un soñador suspiro cuando le tendió la mano para que la tomara.

El señor Park suelta otra risa, mientras empuja sutilmente a su hijo para que hiciera algún movimiento, el cual respondió avergonzado a la acción.

—Cuídamelo mucho, ya ves que lo tienes todo distraído.

—¡P-papá! —Jimin a las justas logra exclamar eso porque siente que el alma se le vuelve a salir de su cuerpo cuando su cintura es sujetada con suavidad.

—No dude de ello.

La voz firme de Yoongi se pierde en lo sonrojado que también estaba él.

Jungsoo asiente satisfecho, acercándose para besar la frente de su pequeño mayor y luego dar unas ligeras palmadas en el hombro de Yoongi a modo de afecto.

—No lo hago, hijo.

«Y sé que Seulgi tampoco lo hubiese dudado», pensó él a la vez, contemplando por unos instantes hacia el cielo.

El corazón del músico se encoge, había visto hacer lo mismo a Jimin algunas veces, por lo que podía reconocer el significado detrás de ello.

—T-te dejé la cena solo para que la calientes en el microondas —dice este mismo a su papá, todavía estando un poco perdido en su novio.

—Oh. —Jungsoo les presta atención otra vez, con cierta diversión en sus ojos—. En mis tiempos al menos se pedía permiso para dormir fuera de casa.

Sin embargo, Yoongi no captó la broma en sus palabras, alarmándose al instante.

—N-no, señor Park, lo traeré antes de la medianoche, no, es más-

—Tranquilo, tranquilo. —Jungsoo se ríe, agitando su mano para restarle importancia—. Solo estaba bromeando.

—A papá le encanta burlarse de mí —se queja Jimin a través de un puchero, mientras se escudaba en el hombro más cercano de su novio.