Enamorado del mejor amigo de mi hermano [EMAH] | yoonmin

«niño rosa»

—Te dije que era mejor contratar un servicio de limpieza.

La seriedad en la voz de Yoongi hizo reír de forma suave a Jimin mientras tomaba un sorbo del jugo que estaba entre sus manos.

—¿Y para que tú lo termines pagando? —Puso la cabeza en su hombro—. Nop —dijo con simpleza.

Los dos estaban sentados de lado a lado en el suelo, con las rodillas flexionadas de tal manera que sus muslos rozaban la zona de su propio vientre. Sus respiraciones estaban más agitadas de lo normal después de haber terminado de asear el último lugar restante de la casa Park, la habitación de Jimin.

Yoongi sonrió, apoyando su espalda en uno de los extremos de madera perteneciente a la parte inferior de la cama.

—Meh, detalles. —Movió ligeramente su rostro para que su mirada quedara fija en la cabellera rosa—. Además, ellos ya hubiesen acabado en horas, lo que a nosotros nos ha llevado días.

Y aquello se debía a que, tras el notable avance del estado de Park Jungsoo, Jimin le consultó al médico si podría pasar Año Nuevo con su padre, pero estando ambos en casa.

El médico le explicó que debía solicitarlo con los directivos del Centro Psiquiatrico, ya que por su parte no había ningún inconveniente, y que más bien era favorable que los pacientes empezaran a salir poco a poco para que así pudieran retomar su vida con mayor facilidad en el momento que fueran dados de alta.

Estando al borde de las lágrimas y con una sonrisa que parecía sobresalir de sus mejillas, Jimin fue corriendo hacia Yoongi para contarle que habían aceptado que fuera trasladado solo por ese día a casa. Y esa emoción no se borró ni estando a un día de la celebración.

—Yo me hubiese podido encargar de todo, Yoonie, no tenías por qué ayudarme... —Pese a lo que decía, no pudo ocultar lo enternecido que se sintió cuando se ofreció a apoyarlo con la limpieza general de su casa.

Yoongi dejó su vaso a un costado, rodeando los hombros del contrario con su brazo derecho.

—No lo hubieras hecho tan rápido sin mi ayuda. —Su tono de voz sonó altivo, por lo que la risa del pelirosa fue instantánea, alzando su cabeza para quedar a una altura similar.

—Pues... tanto así como que no, hyung.

Jimin frunció sus labios con gracia, haciendo que su pequeña nariz se moviera por reflejo.

Yoongi fingió estar indignado, acortando la distancia de sus rostros.

—¿Ah sí?

No esperó respuesta alguna al atrapar el labio inferior del menor entre los suyos, enloqueciéndolo enseguida.

Sin dejar que la unión se perdiera, este le da total acceso a su boca. Los movimientos de su beso estuvieron tan llenos de calma y dulzura que no fueron conscientes del tiempo que había pasado hasta que se separaron, sonriendo con timidez por la forma que se miraron en ese instante.

—¿E-estás seguro que no te incomoda la invitación de papá? —preguntó Jimin mediante un suspiro que no logró contener.

Para ser exacto, no, Yoongi no sentía incomodidad. Aunque igual se removió un poco en su lugar al pensar en ello. Es que fue algo chocante para él saber que, luego de que Jimin le comentara que el señor Park quería invitarlos a cenar en su casa, su madre fue la primera en emocionarse y aceptar encantada.

Lo que trajo abajo el plan secreto de Jimin de utilizarla como excusa para evitarle ese incómodo momento a su hyung.

Así que sí, ambas familias compartirían la misma mesa por ese día.