Me ayudarás a escribir una canción para ti

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Ese acercamiento no se hubiese ejecutado si Yoongi hubiera borrado aquella estupidez como lo quiso desde un inicio al darse cuenta lo que escribió en su cuaderno al dejarse llevar netamente por sus emociones. Porque no era más que una acción idiota que sus manos no pudieron controlar al pensar en lo que le provocaba estar junto a él.

Se tensó. «Ese niño rosa no me producía nada fuera de lo común. No, claro que no», se corrigió al instante.

Jimin estaba lo suficiente ensimismado en su alegría por descubrir todo lo que Yoongi pensaba de él, que no se dio cuenta de lo rígido que estaba el pelinegro hasta después que éste moviera su mandíbula hacia el otro lado tras sentir un leve entumecimiento en su cuello.

—¿Qué pasa, hyung? —El menor alzó su rostro hacia la felina mirada sin entender el repentino estado físico de Yoongi.

Aunque en el momento que sus ojos hicieron contacto lo supo.

Se había acercado tanto o más de lo que había hecho cuando fue a su universidad, pero esta vez fue sin una razón de por medio, solo dejándose llevar por lo cálido que se sintió que una persona como él lo elogiara, al menos, de forma indirecta. Aquel acto enterneció a tal punto su corazón que no le interesó romper las barreras invisibles que el mayor tenía con su espacio personal por segunda vez.

Yoongi fue el primero en apartar su mirada, pero no lo hizo bruscamente ya que ni siquiera alejó su cuerpo. No tenía fuerza para eso cuando en lo único que tenía en mente era que las manos de Jimin —sin querer, supuso—, no dejaban de rozar la piel sensible por debajo de su nuca. Quería decir algo, pero las palabras no le salían.

El pelirosa dio un salto ligero hacia atrás, liberándolo totalmente. Mordió su labio inferior mientras empezaba a jugar con sus dedos. El otro evitó dirigirle su atención de nuevo; Jimin respiró profundo para poder articular alguna cosa que los liberara de tremenda incomodidad.

—Lo siento... sé que no debí... yo... —Resopló, sin comprender por qué ahora ambos se sentían de esa forma. Los abrazos son lo más normal del mundo—. Es mejor que me vaya.

Jimin ya se había levantado por completo de la cama para conducirse a la puerta y huir de una vez por todas. Sin embargo, sus pasos se congelaron en el preciso momento que la voz grave del músico se hizo presente.

Nunca estarás solo. Siempre estaré a tu lado, estaremos bien. —No había la seguridad habitual, pero su tono se mantuvo firme—. Si estamos conectados, seguramente, mañana será más brillante.

Hubo una pausa, la cual produjo Yoongi para subir su rostro otra vez y así encontrarse con la expresión perdida del menor. Recién se ponía a pensar sobre lo ridículo que se debió ver en su pobre intento de cantar de manera afinada, pero ahora sí podía lucirse con la siguiente parte.

Si compartes tu felicidad, se multiplicará, pero si compartes tu tristeza también se multiplicará; por eso ríe siempre y descansa en mi hombro.

No quiso proseguir. Entonar aquello en voz alta hizo que reflexionara acerca de seleccionarla como la canción oficial para Jimin. A su vez, el nombrado no podía salir de la conmoción de escucharlo cantar, con gran esfuerzo, aquellas letras que solo podían ruborizarlo al imaginar que se las estaba dedicando.

—Ni bien escuché tu voz, supe que canciones suaves y con mensajes dulces serían las indicadas para ti. Por eso busqué entre mi lista que compuse cuando todavía estaba en la escuela porque... —«Ahí escribía pura cursilería por lo idiotizado que estaba de Hoseok». Eliminó esa última explicación y, más bien, decidió agregar la otra—. Mi inspiración no funciona bien desde hace semanas, por lo que no puedo componer algo nuevo.

Enamorado del mejor amigo de mi hermano [EMAH] | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora