¿Acaso lo dudas?

1.4K 206 9
                                    

Wheein no es ingenua, mucho menos estúpida. Por supuesto que habría algo escondido en la petición de encontrarse a solas en la mansión Kang; sin embargo, no podía simplemente negarse o darle entender que iría con su cliente a la reunión si quería descubrir qué era lo que en verdad estaba tramando.

Así que se presentó con la formalidad de siempre, estando atenta a su alrededor y a cada palabra que fuera dicha mientras tomaba el té junto a Kang Sora en el jardín.

Sin embargo, pasaron los minutos y nada importante sucedía. Ahí fue cuando supo que quien tenía que empezar a presionar, debía ser ella misma.

—Señora Kang, no quiero sonar irrespetuosa, ¿pero ya me puede decir para qué me citó? —acota entre tanta charlatanería—. Porque evidentemente no es sobre el juicio, ya que no veo a su abogado por ningún lado.

—Oh, pero relájate, querida. —Sora sacudió su mano para restarle seriedad—. Mira esto como una tarde de amigas.

—Soy la defensa del señor Park y lo único que me une a usted es eso, mi trabajo. —Wheein deja la taza en su respectivo platillo, con sus inexpresivos ojos dando directo contra ella—. Si esto es para todo lo que me quería, procederé a retirarme.

Tiene la intención de levantarse, pero la repentina sonrisa ella que le brindó, le hizo replantear su decisión. No equivocándose en lo absoluto cuando escucha un cínico:

—¿Segura que solo eso me une a ti?

Sin embargo, la mirada de Wheein no decae ni por un instante.

—No entiendo a qué se refiere.

Sora, con su porte distinguido de siempre, se pone de pie y comienza a dar cortos pasos con la seguridad y poder que quería imponer desde su lugar.

—Aunque no lo parezca, he estado al pendiente de la vida de mis nietos tras la muerte de mi amada hija. —Actúa realmente preocupada—. De los tres en general. —Junta ambas manos sobre su pecho, caminando a un costado—. Y eso me ha llevado a descubrir... ciertas cosas.

Los hombros de Wheein se tensan bajo su traje de siempre, aunque claro, no lo hace notar. Ya sabía lo que estaba por venir.

—¿Sería tan amable de ilustrármelo, señora Kang?

—Desde luego —dice Sora con falsa amabilidad, deteniéndose en un punto medio frente a ella—. Para no ir con tanto rodeo, empezaré con lo que nos concierne a ambas... y a la justicia de paso. —Enmarca su mirada—. Sé que sedujiste a Jimin cuando apenas tenía 15 años.

El pensar enseguida que había utilizado las palabras incorrectas al decirlo, solo hizo sentir peor a Wheein, aunque su postura siguió imperturbable, parpadeando apenas ante ella.

—¿No dirás algo para defenderte al menos? —le cuestiona Sora con una sobriedad que resulta fallida por el sentimiento de victoria que tenía.

La abogada se acomoda en el respaldo del asiento, constatando una penetrante atención de su parte.

—¿Tengo que tomar en serio tal acusación? Porque si ese fuera el caso, debo pedir las supuestas pruebas que se le adjudican.

La señora Kang no se deja impresionar por ella, sabía de antemano que no sería fácil tenerla de su lado.

—Por eso te cité aquí, querida. Tú vas a ser mi mayor prueba.

Wheein reclina su espalda, sintiéndose algo aliviada por ello. Sus sospechas habían sido confirmadas.

—¿Eso significa que no tiene evidencia alguna?

—Por el momento, no —admite Sora sin darle muchas vueltas—. Pero no dudes que la conseguiré. Después de todo, con dinero baila el perro. —Expande las comisuras de sus labios—. Y en tu caso... bueno, no creo que sea necesario decir en cómo afectaría a tu impecable carrera si esta información, por casualidad, llegara a los tribunales.

Enamorado del mejor amigo de mi hermano [EMAH] | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora