Enamorado del mejor amigo de mi hermano [EMAH] | yoonmin

"especiales flores adornando la estación"

El contraste de sus manos era algo que siempre lo hacía sonrojar hasta las orejas, por lo que Jimin evitaba mirarlas demasiado cuando estaban entrelazadas, lo cual en verdad resultaba toda una odisea por lo mucho que le fascinaba admirar las manos de su novio sin importarle que luego sería molestado por él mismo.

Justo como ahora que estaban caminando juntos hacia el paradero más cercano de la casa Min, en búsqueda de algún un taxi que los llevara a su destino, ya que su transporte habitual estaba en mantenimiento desde el día anterior.

—Mis amores, ¿qué hacen por aquí? —Chaerin los interroga con la mirada desde el interior de su camioneta al detenerse frente a ellos por haberlos distinguido a lo lejos.

Jimin trata de esconder su rostro apenas la escuchó, sintiendo vergüenza de haber sido atrapado mirando de más a su hyung. Sin embargo, Yoongi, al notar su reacción, acaricia el dorso de la mano que estaba sosteniendo con su pulgar.

—Estoy acompañando a Jiminie a ir a ver a su padre —respondió él—. Y como sabrás, mi auto ha estado teniendo fallas, así que tuve que mandarlo al mecánico.

—Cierto... —Chaerin luce pensativa por unos segundos—. Si gustan los puedo llevar hasta allá... el Centro Comercial me queda de paso.

Yoongi arquea una de sus cejas con un gesto burlón que no logró reprimir.

—Qué conveniente, ¿no?

Su mamá estuvo a punto de regañarlo por lo que claramente estaba insinuando; sin embargo, la expresión y voz apenada del pelirosa, la interrumpió.

—¿E-está segura, señora Lee? No quisiera molestarla...

—No lo haces, Jimin-ah.

—Te lo aseguro —se lo afirmó esta vez su novio con una sonrisa de lado.

—¡Min Yoongi!

Su risa socarrona le extrañó, pero Jimin lo dejó pasar en el momento que la portezuela es abierta para que ambos entraran, lo cual él agradeció mediante un susurro, mientras se sentaba a un costado de Yoongi para luego poner en automático su cabeza en uno de sus hombros.

Acto que no pasó desapercibido para Chaerin desde su puesto de piloto.

—Jimin es tan dulce que derrite mi corazón.~

—Es el efecto de los Park. —Sí, el mayor de sus hijos no conocía lo que era el respeto, al parecer—. ¿Verdad, mamá?

—Una más y te bajas de la camioneta.

Aunque su amenaza siendo empañada por el rubor de sus mejillas, no era del todo convincente.

Yoongi fingió indignación, llevando su atención al precioso rostro de su novio.

—¿No crees que le tiene poca paciencia a tu hyung, uhm?

Jimin lo mira entre confuso y enternecido por el inconsciente puchero que sus labios estaban formando.

—Yoonie, no estoy entendiendo nada —admitió en un tono bajo.

Este sonríe de pronto, inclinándose a besar su frente con cariño.

—Ya lo verás.

Y una vez más, Jimin confirma que Yoongi le debió haber hecho algo grave a su cerebro porque recién cuando llegan al Centro Psiquiátrico y pisa la habitación de su papá, es que se da cuenta del brillo en su mirada y el nerviosismo de la señora Lee, haciéndole recordar que ellos se debieron conocerse desde mucho antes.

Por lo que se separó un poco del regazo de su papá ante la repentina risa que soltó.

—No tienes por qué agradecerme tanto, solo fue un pequeño consejo. En cambio, tú siempre fuiste la experta en el diseño.