Jiminie

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—No sé ni por qué acepté hacer esto

Fue lo primero que Jimin dijo.

¿Tan feliz le hizo la sonrisa que su papá mostraba cada vez que hablaba de su maravillosa participación musical con su novio, que no tardó mucho en acceder a esa payasada? La culpa era suya por ser débil de corazón al dejarse manipular por él.

—Yo sí. El señor Park me ha estado llamando todos los días para que le vaya adelantando el excelente trabajo que su pequeño mayor debe estar haciendo. —Yoongi dejó de arreglar los equipos de sonido por un momento para mostrarse burlón ante el pelirosa.

Más avergonzado que molesto, Jimin decidió enfocarse hacia cualquier lado que no estuviese la fastidiosa presencia del mayor.

Es que sospechaba que su padre estaría de intenso con la canción, pero no imaginaba que a ese nivel. Al menos no estaba como su madre, si ella todavía viviera, no dudaría en grabar cada práctica que tuviera.

—Me gusta tu estudio.

Y él lo dijo en serio. Su habitación era sombría; en cambio, ese lugar le parecía que tuviera el alma de Yoongi, como si sus pensamientos y sueños nacieran allí. El cuidado con que éste manejaba cada equipo lo confirmaba. Hasta el inexistente brillo en los ojos del estudiante de música quería aparecer mientras más tiempo pasara allí.

Yoongi asintió por el halago. En otras circunstancias, hubiese alardeado un poco, pero no era lo adecuado por lo forzado que lucía el otro. Además, quería saber si su voz de verdad merecía la pena porque ya le iba casi rogando por segunda vez para que hiciera algo.

Le indicó que ingresara a la cabina con un movimiento de cabeza. La obediencia inmediata del pelirosa, lo extrañó. Era cierto que Jimin parecía ser de naturaleza dócil y tranquila, pero desde que le propuso el noviazgo falso, no dejaba atrás alguna negativa; por ello, sus hombros caídos y facciones tensas no pasaron desapercibidos.

Aunque lo cierto era que en la cabeza de Jimin se estaba formando un huracán que atentaba arrasar con su seguridad y talento para solo dejar inquietud en sus acciones y atascamiento en su garganta. No era la primera vez que cantaría frente a alguien, pero sabía que este proyecto de Yoongi debía salir lo más perfecto posible para haberse tragado su orgullo en insistirle a diario.

«¿Y si esto le ayudaba a conseguir un puesto en una productora importante?», pensó no queriendo arruinarle tremenda oportunidad.

—Mocoso, levanta la cabeza.

Aquello le sonó como la última frase de un eco robotizado. Pestañeó repetidas veces al estar tan metido en sus pensamientos y pudo fijarse que el pelinegro lo observaba fijamente tras el vidrio.

—Tranquilo... —fue lo primero que Yoongi atinó a decir al presionar nuevamente el botón que permitía la comunicación entre los dos lugares—. Sé que debes estar nervioso, pero solo cierra los ojos e imagina que estás en tu lugar favorito. Eso... a veces funciona.

El estudiante de música soltó el botón en el instante que una sensación incómoda recorrió en su estómago.

Su único interés al decírselo fue que Jimin pudiera comenzar para al fin tener su presentación asegurada, pero darle ese consejo o alentar en general no era su... costumbre.

No le agradaba sentirse así. No era un terreno desconocido para él, pero no quería volver a experimentarlo.

Jimin, pese a que estaba confundido por lo suave que se escuchó la voz de Yoongi, decidió hacerle caso una vez más. Por lo que su mente no tardó en remontarse una década atrás, donde su antigua, pero maravillosa vida empezaba a tomar forma.

Enamorado del mejor amigo de mi hermano [EMAH] | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora