Estoy aquí...

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TW: Mención de contenido delicado. 

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El cuerpo de Yoongi, tras el disturbio de emociones y recuerdos que le generaron las palabras llenas de angustia y miedo por parte de Seokjin, pareció desconectarse de su presente.

A pesar de que lo consideró bastante imprudente, entendía en parte su reacción.

Conocía lo suficiente a Hoseok como para saber que siempre fue una persona que se aferraba tanto a los momentos felices que ante cualquier problema su mente se bloqueaba enseguida. Dando resultados que ni él mismo podía manejar.

Por primera vez, Yoongi quiso dejar de lado todo aquel resentimiento que solo terminaba envenenando su alma cada vez más, para ir a verlo y asegurarse de que no cometiera alguna locura.

Porque, aunque ahora Jimin es quien causaba el acelerado latir de su corazón, la preocupación que surgió en él fue inevitable. Y no le agradaba para nada esa sensación.

Además, que siguiera pensando en Hoseok ocasionó que las consecuencias que siempre evitaba, se revelaran al instante en su cabeza; reviviéndolo, transportándolo a un pasado que solo terminó por arrebatarle la escasa ingenuidad que aún podía conservar a esa edad.

Sus piernas empezaron a debilitarse, como avisándole que la fuerza ya no estaría con él, que pronto debía encontrar refugio. Así que, usó la poca energía que le quedaba para acercarse, con pasos imprecisos y mareados, al único lugar donde tenía la confianza de botar todo de sí mismo.

Yoongi se dejó caer bajo el cielo infinito del marchito patio de su casa. Sus ojos negros miraron hacia alrededor mientras se acumulaban de puro dolor y amargura.

No llorar, no llorar. No quiero llorar, por favor.

Trataba de calmarse al sentir cómo su cuerpo empezaba a temblar. Se abrazó a sí mismo, juntando sus muslos hacia él y ocultando gran parte de su rostro en el pequeño espacio que había allí. Era su protección.

Ya nadie me lastimaría, ¿verdad?

Sus enrojecidos ojos negros fueron los únicos que podían sobresalir. Su vista estaba tornándose borrosa por las lágrimas que no se molestaba en quitar, pero esta continuaba fija en el cielo. Pero ni eso pudo impedir que unos ahogados sollozos se le escaparan.

Ya era demasiado tarde, su inestable memoria lo había llevado a cuando tenía 18 años. A cuando-

La luz del día fue cubierta por una segunda figura, inclinándose entre Yoongi y el ligero resplandor que había escogido inconscientemente como un abrigo a sus lamentos.

—Hyung. —La suave mirada del otro llegó hasta él como una lejana caricia—. Estoy aquí...

Jimin tuvo la necesidad de decirle lo último al notar que los ojos de su hyung lucían perdidos bajo aquellas capas de lágrimas porque, por más que estos daban contra los suyos, él aún no percibía del todo su presencia.

—Mírame. —Tomó con delicadeza sus mejillas para apartarlas de sus rodillas—. Estoy aquí —repitió con la misma suavidad, pero esta vez añadiendo algo de firmeza en su voz.

—N-no puedo... no puedo... —sollozaba Yoongi con tono quebrado.

Él volvía lentamente a la realidad, pero la opresión en su pecho solo seguía expandiéndose. Jimin no dejó que su incertidumbre ante aquel estado se hiciera notar.

—Está bien, hyung. —Este acariciaba la piel que tenía al alcance con la intención de secarla con ternura—. Todo está bien —intentó calmarlo sin quitar su atención de él.

Enamorado del mejor amigo de mi hermano [EMAH] | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora