Enamorado del mejor amigo de mi hermano [EMAH] | yoonmin

Te gusta decir que eres mi novio, ¿verdad?

Los ojos marrones de Jimin parecían estar concentrados en lo blancas y desérticas que lucían las calles de Seúl a través de la ventana del taxi en el que estaba; sin embargo, toda su atención giraba en torno a la conversación que había tenido horas antes con Taehyung.

«—¡Bien, es Hoseok, pero no es lo que parece. Jamás podría traicionarte si eso es lo que estás pensando! ¡Todo lo hice por ti y Yoongi hyung, nada más que por ustedes!»

Esas palabras fueron dichas de una manera tan atropellada que Jimin tuvo que pararlo para que pudiera explicarse mejor, tornándose distante cuando finalmente logró entender a qué se estaba refiriendo.

Mordió su mejilla interna con los dientes laterales al seguir recordando.

«—Y-y de repente me llama para preguntarme cosas que no tienen ni un poco de sentido. ¿Para qué quiere saber cómo está Yoongi hyung si se supone que ya no le interesa?»

Jimin cerró sus ojos, llevando su peso al respaldo del asiento trasero del taxi.

Se estaba dando una idea de por qué quería saberlo. Hoseok debía sentir culpa y preocupación de todo lo que su hyung estaba pasando, pero sería un hipócrita si no admitía que algo más punzó en su cabeza en ese instante.

No podía ignorar esa parte suya que le insistía de las segundas intenciones que tenía.

Hoseok desde hace mucho le había dejado en claro que recuperaría a Yoongi. Advertencia que a partir de ahora la tomaría con la debida seriedad. Porque por más inmaduro o desconfiado que se viera, no podía evitarlo.

Sentía celos.

Muchos, para ser preciso. Sus manos hechas puños por debajo de las mangas de su abrigo, lo confirmaban. Hasta la opción de que ellos hablaran en buenos términos para darle un cierre correcto a su antigua relación, ahora lucía descabellada para él.

Jimin sacudió la cabeza. Tenía que calmarse si no quería terminar haciendo algo de lo que se podría arrepentir después.

No debía entrometerse en la vida de su hyung. Aquello se lo repitió hasta que el taxista le avisó que ya habían llegado a su destino.

Después de pagarle y fijarse en un conocido automóvil a la distancia, una sonrisa surgió de forma natural en su rostro. Jimin ajustó sus manos enguantadas en las asas del recipiente que traía consigo, mientras se encaminaba a dicha dirección con cálidas sensaciones burbujeando en su pecho.

No tardó en tocar levemente la ventana de la portezuela correspondiente al del copiloto.

Yoongi demoró en reaccionar desde su asiento, quitándole el seguro para que el pelirosa pudiera entrar. Un corto beso viajando directo a sus labios lo terminó de despabilar.

—Hola, cariño~ —lo saludó Jimin ni bien se acomodó a su costado—. ¿Me esperaste mucho? Vine lo más rápido que pude.

La expresión de Yoongi se tornó tímida, llevando su atención hacia el frente.

—N-no. Hace poco acabo de llegar también.

Jimin asintió ante ello, sacándose su gorro de lana para después peinar sus ondulados y rosados cabellos con los dedos.

—¿Y cómo te fue en la sesión?

Yoongi no supo qué responder al inicio, hasta que optó irse a lo seguro.

—Bien. —De todas formas, no sentía que estuviera mintiendo—. ¿De verdad no te estoy quitando tiempo al hacer que vinieras hasta acá?

Estaba evadiendo el tema de la psicóloga, pero Jimin no lo iba a presionar, por lo que negó de inmediato a su pregunta.