No me cambies de tema, Park

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Jimin llevaba apenas un par de meses en Seúl. Gracias a un sonriente y siempre activo chico castaño, no le había resultado difícil adaptarse a dicha ciudad ya que, aunque pareciera extrovertido, no lo era tanto al conocer personas, por eso nunca fue de hacer amigos. Si Taehyung no le hubiera hecho la conversación desde que se presentó en el salón, estaría apartado de todos, como en Busan.

Sin embargo, ese día había sido mandado a la dirección por quedarse dormido en plena clase de Lenguaje. No debió hacerle caso a Taehyung sobre la videollamada triple hasta altas horas de la madrugada. Y fue triple porque también había entablado una amistad con el mejor amigo de este, Jungkook. Les empezaba a tener un cariño realmente grande, pero a su sueño no parecía agradarle mucho.

Aunque, si hacía un repaso sobre su vida, era lo más rebelde que había hecho en sus cortos 15 años, así que no era del todo decepcionante la situación.

La oficina general del Director estaba silenciosa. No sabía si eso era inusual o no porque era su primera vez allí; optó por dejarlo pasar.

Cuando estuvo al frente del lugar de su largo destino, se puso nervioso; por lo que, al tocar la puerta, sus manos no dejaron de temblar. No quería que ese señor le gritara o castigara, él era un buen chico pese a todo.

Sin embargo, lo que había allí dentro era cualquier cosa menos atemorizante.

Una bella joven apareció ante él y fue lo único que pudo captar su atención desde entonces.

—Soy tu nueva abogada, Minie.

Aquella frase hizo eco en la cabeza de Jimin junto con leves palpitaciones en su sien. Estaba totalmente inmóvil. Ni su voz parecía poder salir.

«¿Por qué demonios no leí los papeles que hyung me dio? ¿Por qué sigo actuando como un niño al querer correr a los brazos de mamá para esconderme del mundo entero y esperar que mágicamente todo se solucione?»

Pasó saliva para refrescar su garganta y hablar claramente ya que estaba seca desde que la vio.

—E-esto debe ser una broma de muy mal gusto. —Dio un paso hacia atrás—. Y deja de utilizar ese ridículo apodo.

La seriedad de Wheein se hizo más notable por el rechazo, pero eso no impidió que continuara avanzando.

—Nunca juego con mi trabajo. —Ella se detuvo, llevando su maletín a sus piernas para que se hiciera más visible para él—. El joven que se contactó conmigo se oía lo bastante desesperado como para ignorarlo.

Jimin dejó pasar toda esa explicación, enfocándose solo en un pensamiento. Cambiando totalmente su postura.

—Sabías de quién era el caso, pero aún así lo tomaste.

Reunió la fuerza necesaria para lograr mirarla directamente. Quería confrontarla y demostrarle que ya no era ese niño enamoradizo de siempre.

—¿Cómo negarme a impedir que puedan alejarte de los mellizos? —En los ojos de la mujer se pudo notar su preocupación, además de la constante prudencia de las facciones de su rostro.

Sin embargo, Jimin no se tragaba ese cuento.

—Ahora resulta que te importa mi familia.

Un ligero dolor empezaba a alojarse en su pecho. Lo contuvo.

—Me importa todo lo que tenga que ver contigo, Minie.

Su tono al decirlo, se escuchó mecánico y vacío para él. Tanto que se avergonzaba de haber creído en frases así en el pasado.

Enamorado del mejor amigo de mi hermano [EMAH] | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora