Enamorado del mejor amigo de mi hermano [EMAH] | yoonmin

EPÍLOGO

Han pasado 4 años desde que la verdadera felicidad empezó a reinar en los corazones de todos, especialmente, en los de la pareja.

Yoongi ha conseguido ser un productor novato en una reconocida agencia de música del país, mientras que Jimin —quien se graduó hace un par de meses atrás—, está preparándose para las audiciones a la compañía de Ballet Nacional de Corea, no descuidando su reciente trabajo de profesor de baile para niños, que ha logrado establecer gracias a la ayuda de Chenle y de sus padres.

Así que poco a poco sus sueños parecen estar volviéndose realidad, dejándolos con una sensación de orgullo tanto de sí mismos como con el otro. Aunque claro, eso también hizo que no tuvieran el tiempo ni la energía de antes al momento de verse, terminando derribados en la cama, pero por lo agotados que estaban.

Y esa mañana es justo la consecuencia de ese estado, con ellos descansando en el mini departamento que Yoongi alquila desde hace no menos de 2 años para tener más comodidad y privacidad, pero que al final del día ambos lo comparten como si fuera de los dos porque así realmente es para él.

Jimin, en ese preciso momento, está aferrado a la cintura de su novio en la cama, para intentar retener a duras penas los movimientos que este había comenzado a hacer al darse cuenta que ya debe de despertar.

—No —le dice como niño chiquito y con voz adormilada contra su pecho—. Me niego a que te levantes.

—Buenos días para ti también, amor —dice Yoongi luego de sonreír de lado y besar los cabellos, ahora platinados, de Jimin—. Y por más que me encante estar así, sabes que tengo que ir a la agencia.

—¡Pero es sábado! —se queja él por medio de un puchero, el cual se deshace en el instante que es presionado fugazmente por los labios de su hyung.

—Y eso le viene sin cuidado a Suran noona, la conoces —le indicó haciendo referencia al nombre de su jefa.

Jimin resopla con un enfado bastante dramático.

—Si no me cayera tan bien, ya le hubiese dicho unas cuantas verdades.

Yoongi ríe desde su garganta, y aprovechando que su novio solo tiene puesta una camiseta holgada —la cual, cabe resaltar, le pertenece como muchas otras prendas que él tomaba para dormir— junto a sus ajustados calzoncillos de siempre, mete su mano entre la tela hasta llegar a la piel de sus caderas.

—Me gusta cuando te pones de este modo —le susurra en tono grave por detrás de la oreja.

—¿Ah sí? —De manera instintiva, Jimin comienza a rozar sus piernas desnudas contra el pijama inferior del otro—. ¿Cómo?

—Todo un mocoso atrevido.

La cálida respiración que sale de Yoongi al decirlo viaja directo a la entrada de su cuello, por lo que no es ninguna sorpresa que lo siguiente que pasara fuera que los labios de su novio atraparan los suyos con mucho deseo.

Tanto que no midió fuerza al introducir su lengua en los labios entreabiertos del músico, robándole el aliento cuando quiso acomodarse por encima de su regazo, descubriendo enseguida que está más despierto de lo que imaginó.

—Jiminie. —Este soltó de golpe cuando sus entrepiernas se encontraron, acariciando los bordes laterales de su ropa interior mientras el beso continuaba con exigencia.

Jimin ladea su cabeza al ejercer fricción de manera inmediata entre ellos, ahogando un gemido tras morder el labio inferior de Yoongi y solo lo liberó cuando él empezó a jugar con el elástico de su calzoncillo a través de sus largos dedos.

—S-si sigues así no me hago responsable de que llegues tarde —le habló por lo bajo.

Yoongi le muestra una sonrisa torcida en el instante que aprieta su trasero por encima de todo, impulsándolo a sus labios por inercia.