Enamorado del mejor amigo de mi hermano [EMAH] | yoonmin

H-hyung...

El día siguiente llegó más rápido de lo que Jimin hubiese deseado por el ligero ardor que lo atacó en su parte trasera ni bien hizo el intento de cambiar de posición debido a la molesta luz que ingresó desde la abertura de las cortinas de la habitación y la que justo daba hacia el lado donde había estado durmiendo.

Tanto Yoongi como él se habían olvidado de cerrarla al igual que con la lámpara que todavía alumbraba a su costado.

Pese a que todo apuntaba a que su humor se arruinaría, el solo hecho de fijarse en el cuerpo de su hyung a su izquierda, lo reconfortó al instante ya que vino a su mente la causa de ese aparente desastre.

El cosquilleo en su estómago fue inmediato. A Jimin le avergonzaba pensar en lo cursi que se ponía con Yoongi, catalogando lo de anoche como la mejor de su vida. Tal vez no sea mucho viniendo de alguien que aún estaba en la escuela, pero él no era precisamente un santo.

Y aquello se reflejó cuando, al descender su mirada, detalló la fina y blanca piel que no era cubierta por la frazada, dirigiendo el hormigueo de su estómago a su zona baja de golpe.

Jimin mordió su labio inferior, de pronto sintiendo seco su paladar.

Sus ojos marrones permanecieron ansiosos en la cadera de Yoongi y en el borde que caía suavemente sobre esta para luego retornar lentamente a sus facciones felinas de su rostro.

Jimin sentía que era incorrecto seguir con las ideas que se alborotaban en su mente mientras su hyung todavía dormía, por lo que prefirió hacer el esfuerzo de estar otra vez en sus brazos para así tratar de recuperar parte del sueño perdido sin prever que resultaría todo lo contrario.

Ambos continuaban desnudos, de tal manera que el contacto de sus cuerpos fue sugerente y electrizante a la vez.

—¿Qué intentas hacer?

La voz baja de Yoongi lo sorprendió de repente.

—H-hyung... —Jimin se concentró en el rostro somnoliento de su hyung, quien no tardó en rodear su espalda a modo de captura.

—¿Uhm? —insistió él después de emitir ese sonido desde el fondo de su garganta.

—Na-nada...

Jimin cerró sus ojos marrones tras esconderse en su pecho, abrazándolo de vuelta.

Aunque lo que no contó fue que su pierna se iba a acomodar entre los muslos del otro, acción que inconsciente o no, fue incentivada por el apretón que rápidamente ejerció Yoongi en él.

Jimin mordió nuevamente su labio inferior ante el roce de su propia rodilla contra el miembro no tan indiferente de su hyung.

—Jiminie...

Aquel tono ronco de su voz, el cual estaba en aumento al recién despertarse, y la leve sacudida que su respiración provocaba en sus cabellos rosados, terminó por desatar lo que tanto estaba reteniendo.

Cualquier pizca de sueño que pudo haber sido conservada aún en Yoongi, se desvaneció por unos labios acariciando la curvatura de su cuello hasta llegar a una de sus clavículas.

—Buenos días, Yoonie —lo arrulló Jimin con una dulzura que enseguida se volvió cuestionable por su próximo movimiento.

De manera bastante sutil, este lo había empujado de los hombros para que quedara tendido hacia él e ignorando su malestar detrás, el menor se colocó a horcajadas de la cama, cubriendo por el aire gran parte del cuerpo de su hyung, el cual solo atinó a pestañear de la impresión.

Las palabras fueron innecesarias cuando varios besos húmedos fueron esparcidos en su pecho, y lo eran porque una traviesa lengua no dejaba de aparecer en dicho espacio de su piel, reforzándose en la punta de sus pezones, chupándolos como si fuera algún tipo de dulce.