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La mañana siguiente pintó brillante para Jimin, sin importarle que la temperatura estuviera bajo cero, el calor que había en su interior era suficiente para que su sonrisa y el rubor en sus mejillas se mantuviera en todo el trayecto a la casa Kim.

Ni la nieve estancando sus botines en algunos pasos que daba detenía la notable emoción de su caminar.

Es que todavía podía sentir los brazos de su hyung alrededor suyo mientras dormían, siendo mimado hasta que el sueño los atrapó pasada la media noche.

Jimin tuvo que controlarse de no llenarlo de besos al despertar a la mañana siguiente o no hubiese sido capaz de despegarse de él para que fuera a su tercera sesión con la psicóloga.

A la vista de los demás debía lucir como alguien empalagoso, pero a Yoongi no parecía molestarle en absoluto, más bien lo incitaba a continuar con su cariñosa cercanía, la cual trataron de moderar en presencia de Chaerin y Jungkook durante el desayuno.

Aunque tras recordar a este último, su sonrisa amenazó con decaer.

Jimin, después de llorar un día entero porque Wheein lo había dejado, le había prometido a sus mejores amigos que la próxima vez sería más cuidadoso a la hora de enamorarse, que ellos serían los primeros en enterarse de su relación para así no volver a preocuparlos. Era triste saber que ahora no lo podría cumplir del todo.

Porque ya no eran los tres mosqueteros de siempre.

Suspiró, obligándose a sí mismo a recomponerse de inmediato. Al menos tenía a Taehyung y estaba seguro que él se emocionaría por los dos ni bien se lo contara. Por lo que mejor optó por apresurarse a llegar a la casa que estaba empezando a divisar desde su lugar.

Cuando Jimin estuvo de pie en la entrada, sacó la llave de uno de sus bolsillos, terminando por abrir la puerta con una efusividad que lo ciega momentáneamente.

—¡Al fin somos novios, Tae!

Porque solo se había fijado en el cuerpo sentado de su amigo frente al televisor y no el de la señora Kim estando de salida para ir a su trabajo en el hospital.

Ella se mostró aturdida, pero feliz a la vez.

—Qué bueno que... —Aunque el gesto en su rostro enseguida se contrajo—. Espera... Taehyungie me dijo que ustedes ya lo eran. —Le brindó una acusadora mirada a su hijo, quien enseguida le sonrió inocentemente—. ¿No me digan que permití que durmieran aquí juntos sin que fueran novios antes? —les cuestionó con seriedad.

—Ay mamá, prácticamente ya lo eran —le contestó Taehyung como si nada.

La madre negó con la cabeza, devolviendo su atención a un avergonzado pelirosa, relajando su expresión en el acto.

—Al menos conozco a Jimin y sé que se ha dado a respetar —le sonrió con suavidad—. ¿Verdad?

El balbuceo de este mismo se perdió en la ruidosa y exagerada carcajada que soltó Taehyung.

—Pero si él más bien quiere que Yoongi hyung le quite todo el respeto.

—¡Ta-taehyung! —El rostro de Jimin estaba en rojo vivo—. Se-señora Kim, no le haga caso. —Movió sus manos, sintiéndose totalmente apenado.

La doctora los miró desconcertada. A pesar de que no tenía muchos años porque se hizo madre relativamente joven, era alguien tradicional.

—Es mejor que ya me vaya al hospital. —Como ella tenía sus cosas a la mano, solo le quedó avanzar hacia la puerta para ponerse sus zapatos—. De todas formas, sigo estando feliz por ti, mi niño. —Se inclinó para abrazarlo.

Enamorado del mejor amigo de mi hermano [EMAH] | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora