Enamorado del mejor amigo de mi hermano [EMAH] | yoonmin

Deberías hacerle caso, ¿no crees?

La llamada había terminado hace unos minutos.

Jimin fue quien se despidió primero porque quería estar solo. Lo cual, Yoongi agradeció en silencio al no saber cómo finalizar adecuadamente.

¿Qué más podría decirle a una persona que acababa de enterarse que ya no podría vivir con sus hermanos, justo después de haber perdido a su madre y con un padre que todavía estaba muy afectado con su muerte?

Sí, Jimin pudo recomponerse un poco con la ayuda extra que le iba a dar, pero no imaginaba por el gran dolor que debía pasar en esos momentos.

De repente, se sintió estúpido por haber creído que la vida del menor era perfecta solo por llevar siempre una sonrisa con él. Se había dejado influenciar por sus absurdos prejuicios.

«Es... admirable, Jimin es admirable», no pudo evitar pensar.

Tal vez por eso no dudó en ofrecerse a conseguir un mejor abogado.

Aunque recordando esto último, tomó su celular nuevamente, pero para llamar a alguien con quien sabía que podía contar en esos casos.

No tuvo que esperar ni un segundo timbre para que la otra persona le contestara. Se apartó un poco del parlante del celular por el grito que, estaba seguro, lo iba a recibir.

—¡Con que al fin te dignaste a preocuparte por quien te trajo al mundo!

Yoongi cerró los ojos ni bien el ruido traspasó, estaba convencido, al otro extremo de su habitación.

—Mamá, te llamé hace cinco días...

—Chaerin desde ahora para ti, insolente —replicó la mujer en tono serio.

Ella estaba acostumbrada a que sus «hombrecitos», como solía decirles de cariño, le hablaran todos los días.

Yoongi rodó los ojos, pero sin poder evitar sonreír al mismo tiempo. Adoraba hasta cuando su mamá se ponía en ese plan. Cualquier cosa que le hiciera recordar su infancia junto a ella, lo alegraba al instante.

—Bueno, Chaerin, quería pedirte un favor.

Aunque siempre la extrañaba, él no lo demostraba. Prefería hablar de otros temas que no sean de la falta que le hacía en su día a día.

—¿Pasó algo, Yoonie?

La voz de Chaerin se suavizó, sintiéndose algo inquieta. Su hijo no era de pedir cosas en absoluto por el resentimiento que tenía hacia su padre. Sí, ella lo podía notar sin que fuera necesario que se lo dijera.

—¿Te acuerdas de esa vez que me contaste del excelente abogado que pudo ganar la custodia de los trillizos de una de las socias de la empresa?

El músico estaba empezando a ponerse nervioso ya que su madre le terminaría preguntando el porqué de todo eso.

—Sí... —le afirmó extrañada—. Aunque fue una abogada. Bastante joven, por cierto.

—¿Sabes si está en Seúl o si planea venir? —Este arrugó su frente y tensó sus labios al no obtener una respuesta inmediata—. No, mejor pásame sus datos para contactarme con ella lo más pronto posible.

Chaerin también hizo la misma expresión sin importar que ninguno se estuviera viendo.

—Creo que regresó para allá hace un par de meses. Pero... ¿para qué la quieres?

La pregunta que tanto temía fue soltada. Yoongi tuvo que acomodarse sobre su cama para relajarse y así poder actuar con mayor normalidad.

—Jungkook te debió hablar de Jimin... —Su sola mención hizo que sus nervios aumentaran—. Y que hace poco tuvo que enfrentar la muerte de su madre... además, que su abu- bueno, la señora Kang-