169. DESAYUNO [Gabo/Lorenzo]

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Ezequiel estaba tonteando. Tal vez estaba ebrio o demasiado entretenido con los absurdos filtros, o ambas. Ya no quería tomar más, pero tampoco quería volver a casa. La música estaba a un volumen normal en un club, pero las conversaciones fluían sin necesidad de acercarse a la otra persona, y Ezequiel lo sabía porque estaba escuchando la plática entre Valentino y el pichón.

—Entonces, ¿cuál es el jugador que merece tu respeto? A uno que te gustaría conocer.

El pichón sonrió de lado. Su bebida pasó a sus labios. Ezequiel jugueteó con los filtros. Le puso a Gabo un filtro 'catfish', dónde sus cejas fueron delineadas y sus labios rosados parecían besables, además del maquillaje obvio. Ezequiel se rió. Debía, no, tenía que publicarlo. Siguió grabando.

—Bueno, no lo sé. Muchos ya están muertos— el pichón alzó los hombres— Creo que hay muchos para decidirme por uno.

Ezequiel fue por el siguiente filtro, el pichón con las orejas de un duende. 

—Pero, no sé. Julián Vidal es bueno. Sus pases son excelentes y es un genio leyendo los movimientos de los jugadores que se acercan a él. 

—¿Esa es tu respuesta final?— Valentino levantó su bebida.

—No, no. Ah, bueno, está difícil— el pichón se acarició la barba que apenas crecía. Ezequiel no estaba seguro, pero las mejillas del pichón se veían rosadas, pudo ser el filtro pero luego se percató que no estaba usando uno por el momento— Creo que a Lorenzo Guevara. Su forma de juego es absolutamente increíble. Es rápido, su precisión es muy interesante y en general, me parece uno de los mejores jugadores de la época. El gol del partido de ayer, voló mi cabeza. Aunque, lamentablemente, no tuve oportunidad de conocerlo— Gabo se rascó el cuello. El pichón parecía nervioso, como si estuviera hablando de otro tema, del amor o parecido —Me gustaría conocerlo. Err, ser su amigo. Tal vez, podría darme algunos consejos.

¿Estaba el pichón sonriendo de una manera soñadora? Ya, Ezequiel estaba borracho, debería regresar a casa. Creía ver cosas que claramente no estaban allí. Ezequiel guardó su teléfono, sin tomar en cuenta las notificaciones que se apilaban en la barra de su móvil, sin embargo, se sentía como si hubiese hecho algo demasiado bueno.

°°°

A la hora del desayuno, Lorenzo recibió una llamada de menos de cinco segundos por parte de Marco. Su compañero de equipo le informó que había aparecido en las noticias, y al parecer, ese hecho le había molestado, pues a Marco le fastidiaba que hicieran noticias de situaciones tan absurdas.

Lorenzo llevó su vaso de té a la sala de estar. Nada más ingresar a su Instagram, las notificaciones aparecieron una detrás de otra. Lorenzo chasqueó la lengua. No había hecho ningún comentario fuera de lugar, y sus acciones no estaban lejos de lo que solía hacer diariamente. Entonces, ¿cuál era la necesidad de que Marco le avisara? Lo que fuera, era una mentira. Probablemente. 

Lorenzo terminó de ver el corto video en el que su nombre aparecía etiquetado cientos de veces. No sabía que uno de los grandes creía que estaban al mismo nivel. Años atrás, Lorenzo habría tomado el cumplido con una posición narcisista (Por supuesto que era bueno), y tal vez, hasta habría respondido con un insulto. Pero, ese Lorenzo tuvo que quedarse en el pasado, o ahora sería un utilero en un equipillo de segunda. 

Lorenzo buscó a Gabo. Jamás se había percatado de que el argentino lo seguía, pero le regresaría el favor. Abrió el ícono de mensaje, y cuidando su ortografía (porque no se había graduado nada más porque sí), envió un mensaje corto: La próxima vez que esté en Argentina, te avisaré. Tengo muchos consejos. Presionó envíar. Desconocía que en otra parte del mundo, un jugador estaba a punto de desmayarse por la impresión.

°°°

Ezequiel puso los ojos en blanco. Gracias a él, la cadena de eventos sucedió, y nadie le estaba dando crédito. Bastardos.

*Gracias por leer ^3^

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