2. VENTANA [Felipe/Ezequiel]

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La moto rugió. El sonido desencadenó la reacción de Felipe de asomarse por la ventana y observar a su vecino, Ezequiel. Llevaba haciéndolo desde que Ezequiel y su familia se mudaron. 

Sonrió al ver a Ezequiel quitarse el casco, aún arriba de la moto. Él iba de la universidad mientras que Felipe todavía cursaba el secundario. Incluso si no podían llamarse amigos cercanos, si Ezequiel lo veía, lo saludaba, cualquier lugar en el que se encontraran, y como persona normal, Felipe se convertía en palabrería sin sentido y apenas atinaba a mover la mano. Ezequiel siempre sonreía ancho ante su comportamiento.

Cada día, despertaba con la seguridad suficiente de que ese sería el día en el que hablaría con Ezequiel. Luego, Ezequiel aparecía, con su atractivo visual y Felipe perdía el control de sus cuerdas vocales.

Ezequiel se rascó la barba. Felipe suspiró. ¿Cuándo sería el día en el que estaría cerca de Ezequiel?

Ezequiel sonrió y alzó su vista en dirección a la ventana de Felipe. El rubio, nervioso y a punto de tener un paro cardíaco por saberse descubierto, se alejó de la ventana. Su corazón latía tan rápido que tuvo que sentarse en la cama y respirar profundo. Ya no saldría jamás de su hogar. Era obvio que Ezequiel ya sabía acerca de su flechazo. Por supuesto que para Felipe era más que un flechazo aunque Gabo se opusiera y lo refutara con 'no lo conocés, solo te atrae'. Su amigo podría tener razón. A la distancia, para Felipe, Ezequiel no era el simple chico que escuchaba rock and roll a un volumen alto, el chico que tenía apariencia de ser un engreído, no, era el chico que regaba las plantas en compañía de su mamá y que sonreía a diestra y siniestra. Por eso, era más que un simple 'crush'.

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Las nubes daban la impresión de distintas figuras. Una flor, un gato estirando su cuerpo y un corazón. Felipe bajó la vista. Ver el cielo claro le daba sueño por lo que bostezó. Durmió tarde y, por consiguiente, se despertó tarde. Una ventaja era que el colectivo no iría lleno a reventar.

—Buen día, Felipe— Ezequiel se detuvo frente a él. Felipe enmudeció— ¿Querés que te lleve? No tengo la clase de la mañana.

Felipe asintió. Ezequiel le pasó el casco extra. No viajaba en una moto, viajaba en una nube en compañía de un ser celestial. Enredó sus brazos en el estómago del conductor. Le hubiera gustado que el transcurso del viaje durara más, pero pronto, Ezequiel se detuvo frente al instituto.

—Gracias— estuvo agradecido por no tartamudear.

Ezequiel le mostró sus dientes. Felipe estuvo a punto de morirse.

—Cuando quieras— Ezequiel dijo a través del caco— Nos vemos, ten un buen día.

Tenía que contarle a Gabo, porque sí, tendría un día excelente.

Gracias por leer ^^

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