Historias cortas y otras no tan cortas

114. DAR [Diego/Francisco]

*¿Qué onda?

—¿No te cansas de dar?

La pregunta lo puso a pensar. Diego no usó afijos pero iba implícito (¿No te cansas de darme?) Pocas veces, después de quedar agotados y desnudos en la habitación de Diego, él lo veía a los ojos y le preguntaba lo mismo. Y Francisco le respondía lo mismo, cada vez.

Incluso si existían límites, cuando se trataba de dar, y más a Diego, Francisco no los conocía. Veinticinco años después, Diego todavía recibía de Francisco. Sin importarle todo lo que Guevara le había hecho.

En el ahora, Diego ya estaba cansado de ser el villano. ¿Cuál era el punto? Ganó dinero y fama, pero perdió lo que más valor tenía. 

Al final, aún le quedaba Francisco. Oh, y una relación dañada con su único hijo.

Diego acarició la barba de Francisco, le gustaba la sensación. Francisco ya iba a responder, sin embargo, Diego atrapó su boca. Francisco unió su cuerpo al de Diego, enredaron las piernas. Diego metió la mano bajo la camisa de Francisco, buscando contacto, y así satisfacer su necesidad de tener y tocar al otro hombre. Diego acomodó a Francisco sobre él. Todavía besándose, Diego abrió las piernas para acomodar a Francisco entre ellas. Seguía vestido como llegó del trabajo, a Francisco se le dificultó quitarle la camisa, los botones no cedían. Ambos gruñeron debido a la fricción. Ya no eran jóvenes pero seguía siendo excitante.

Francisco se separó, recuperando el ritmo de su respiración.

—Ya sabés que si es por vos, la respuesta es no.

*Gracias leer ʕっ•ᴥ•ʔっ