Historias cortas y otras no tan cortas

62. HORIZONTE+RIO+MAR [Ezequiel/Felipe ]

+++por el momento, duele pensar.

medio basado en la ley de la sorpresa de the witcher

La mujer le agradeció, el llanto seguía acechando su rostro y sus manos las tenía envueltas en los brazos fuertes del hombre que había salvado a su esposo. El nómada asintió.

El mar seguía su curso, las olas se alzaban y luego golpeaban las rocas cerca de la costa. La vista era gloriosa con el horizonte a lo lejos, pero a la vez no. Un hombre casi perdía la vida.

El nómada le sonrió a la mujer y al hombre que había salvado de una muerte segura. Había sido una coincidencia enorme que el nómada pasará por allí. Ante los elogios y el agradecimiento de la pareja, el nómada asintió. Debía continuar, buscar un río cerca para dormir por un par de días, sin embargo, el hombre no iba a dejarlo ir sin pagar la deuda que recientemente había adquirido. El nómada no lo salvó para obtener algo a cambio, es lo que cualquier ser humano hubiera hecho. Después de perder la cuenta de cuántas veces insistió el nómada en recibir nada a cambio, el hombre salvado invocó la Ley de la Sorpresa ("Lo que ya tienes pero ignoras"), y desde ese momento, ninguno de los hombres imaginó que el camino de dos personas acababa de cruzarse.

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Ezequiel observó con muchísima atención al nuevo integrante del equipo. Esa misma situación se había repetido seis o siete veces desde la llegada del rubio. Ezequiel lo observaba y se plantaba frente a él, callado y ensimismado en la mirada inquisitiva de su compañero de equipo.

Felipe le atraía con un intensidad que no lograba comprender. Como era recién llegado, Ezequiel no lo conocía bien, solo su nombre y su procedencia. No fue algo que sucedió a primera vista. Fue el hecho de verlo sonreír, y bom, Ezequiel perdió su eje. Si fuese posible, su corazón lo tendría Felipe entre sus manos.

Se fue acercando a paso lento pero seguro a Felipe, quien reía con algunos jugadores. Se plantó frente a él y dijo lo siguiente:

—Me perteneces, en esta vida u otra, fuiste hecho para mí.

Cuando lo dijo, no fue el único que se quedó perplejo. Aunque no fue consciente de lo que dijo, creía en lo que había dicho con fervor y en su interior, algo le decía que era verdad.

**gracias por leer.