72. MOTIVACIÓN [Lorenzo/Gabo]

449 29 6
                                    

**debo de limpiar pero nel, yo ando escribiendo Garenzo ( ╹▽╹ )

Gabo alzó la ceja. Gastón y Arturo no se opusieron cuando Lorenzo apareció en la puerta y les dijo que se podían divertir afuera.

—¿Qué les dijiste?

Lorenzo se encogió de hombros. Gabo cruzó los brazos. No habían tenido la oportunidad de estar a solas desde la llegada de ambos.

Lorenzo cerró la puerta y apagó la luz. Gabo se sentó en su cama. Lorenzo se veía diferente.

—Te he extrañado como un loco. 

Gabo se lamió los labios. Estar a solas con Lorenzo siempre lo hacía sentir así, con el pecho lleno de tanto cariño.

—Yo igual.

Gabo terminó debajo de Lorenzo en cuestión de segundos. Lorenzo lo apretó fuerte, como si fuese a desaparecer en cualquier momento y por eso debía aferrarse.

Lorenzo aspiró profundo y el olor de Gabo lo hizo sentir feliz.

—Me hacés cosquillas.

—Ojalá pudieras estar conmigo todos los días. Necesito de tu motivación al verte cada mañana. De tus besos y abrazos. 

Gabo le acarició la mejilla y el cabello sin gel. Él lo había extrañado y necesitado de igual forma. Era difícil estar en el IAD y que Lorenzo no estuviera allí. Probó los labios que no pudo hacerlo cuando se vieron por primera vez después de mucho. Luego, Lorenzo le besó la frente, las mejillas y la nariz. Pero, debían de estar lejos para así cumplir sus sueños, después, podrían vivir juntos.

Lorenzo le acarició los labios con la punta de los dedos. Había calor encerrado en los ojos cafés, pero Lorenzo solo quería pasar una noche en compañía de Gabo y nada más. Dormir y despertar a su lado.

—Yo sé que vas a ganar esa beca. Así podré presumir que mi novio es el mejor jugador y podré visitarte a menudo.

Gabo sonrió. Por supuesto que Lorenzo hablaba de él.

—¿Y sí no?— Gabo no quiso ser pesimista, pero era una probabilidad.

—Ni en tus sueños. Hay muchos equipos con ofertas, no debes preocuparte por eso. La Juventus te aseguro que forma parte de ese grupo. 

Se quedaron en silencio, las inseguridades fuera. Se vieron a los ojos, y a veces, Lorenzo no podía comprender cómo era posible todo el amor que sentía por la persona debajo de él. Cómo le era posible sobrevivir tan lejos de él, lo impresionaba. Lorenzo rozó la nariz de Gabo con la suya y colocó la mano sobre el pecho de Gabo. Volvió a besarlo, pero esta vez con desesperación.

—Te amo.

Gabo le dijo a la oreja. Lorenzo estuvo a punto de echarse a llorar, en cambio, le sonrió. Y se lo demostró con otro beso y caricias que ambos iban a guardar en la piel.

Gracias por leer (。•̀ᴗ-)✧

Historias cortas y otras no tan cortasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora