53. SEXO + AMOR [Alejandro/Ciro]

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***No he dormido por ocho horas consecutivas durante cinco días, así que no sé si tiene faltas ortográficas...

Era obvio que sucedería. Para qué se engañaba si Ciro ya tenía sentimientos por su amigo, y aceptó lo que le ofrecía, sexo, nada más, placer pasajero y solo eso. Él accedió y era su culpa estar en esa situación que ya no soportaba.

Entonces, esa noche, sintiendo los labios de Alejandro y tenerlo adentro, llegó a la conclusión de que ya no podía más, y aunque el dolor de perder a su amigo sería insoportable, debía decirle.

—No podemos seguir con esto.

Todo había avanzado en fases. Cuando inició, Alejandro se iba recién terminaban, luego, se quedaba unas pocas horas, hasta que todo evolucionó a Alejandro quedándose a dormir y a salir un par de veces a la semana.

—Si, tenés razón. Hay que bañarnos. La banda de Eze va a tocar por aquí cerca. Podríamos ir y regresar— Alejandro movió las cejas, y muy rápido, lo besó en la mejilla.

—No. Me refiero a...— la vista se le volvió borrosa debido al llanto— ¡La puta madre!

Era difícil. En su mente, era fácil. Borrar las caricias y besos bajo la presión de la ducha. Engañarse viendo la mirada tierna de Alejandro.

—¿Qué tenés?— Alejandro preguntó, alarmado. Él puso la mano sobre el rostro humedecido de tristeza.

—Es que, ya no puedo, Ale. No puedo seguir con esto.

—¿Con qué?— Alejandro levantó su rostro con ambas manos.

—¡Con el sexo, Alejandro!— aventó las manos e Alejandro. No quería su compasión. Ni la compañía nocturna— Siendo amigos de esta forma, ya no quiero.

No deberían estar hablando así, desnudos, después de haberse venido gritando y haber dejado marcas en forma de luna menguante en la espalda de Alejandro, después de amar cada minuto de lo sucedido, haría más difícil el olvidarlo.

—¿Por qué?— Alejandro preguntó, luego de que su llanto cesó y no hubo contacto entre ellos.

Debía decirlo, antes de que la situación se le fuera de las manos. No, ya se le había ido de las manos. Desde que aceptó y guardó su amor por su amigo debajo de su cama.

—Nos conocimos hace mucho— Ciro comenzó el relato, nostálgico. Todavía recordaba el cabello rebelde de Alejandro y su cuerpo sin tinta y músculos. Todavía recordaba el sentimiento que comenzó a crecer cuando se volvieron cercanos— y hemos sido amigos, así que en mi afán de no perder nuestra amistad, escondí mis sentimientos por vos.

—¿Qué sentís por mí?— Alejandro estaba parado, cruzado de brazos.

—Es fácil de deducir.

—Dímelo, y entonces yo te diré lo que siento.

Ciro metió la cabeza entre sus piernas. Se aguantó las ganas de llorar. Ya le era suficiente que Alejandro lo viera llorar momentos atrás. Alejandro le alzó el rostro, pero, Ciro no se opuso, se dejó hacer.

—No me preguntes por qué o cómo, pero dejó de ser solo un intercambio de sexo hace mucho. Supongo que te quería desde que íbamos al secundario y, en realidad, nunca supe cómo decírtelo y tomé la oportunidad que se me presentó al instante. Debí decirte, pero, bueno, no hacemos lo que debemos— Alejandro tocó los labios de Ciro, lento— Te quiero.

—¿En serio? Pellizcame por si estoy soñando.

—No, tengo una mejor idea.

Alejandro lo recostó para besarlo con todo lo que se había guardado.

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