12. DECISIÓN [Ezequiel/Felipe]

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Nota: este vendría a ser un snippet de El Trato.

Antonella, sin hacer ruido, entró a su casa. No había tomado una ducha en la academia porque quería hablar lo más pronto posible con Felipe. A esta hora su papá todavía no llegaba y, por el momento, no quería que su papá supiera al respecto.

Escuchó ruidos en la cocina, se acercó sigilosamente para averiguar de qué se trataba.

—¿Cómo está? ¿Rico?— escuchó la voz de su papá— He mejorado, ¿verdad?

—Mmm, un poquito— fue la respuesta de Felipe.

Estaban de espaldas, por lo que no se percataron de la presencia de Antonella. Entonces, los vio besarse y rodó los ojos, pero en el fondo, la escena le pareció tierna.

—Hola— decidió entrar, ya que vio que no podía llevar a cabo lo que planeaba.

—Hola, Nellie. ¿Cómo te fue en el entrenamiento?— su papá le besó la mejilla y la abrazó, y Felipe le dió un beso en la frente y también la abrazó.

—Bien. Estamos preparadas para el siguiente torneo. Voy a ser la guardameta titular.

—Qué bien. Van a ganar. Te tienen a vos— su papá le besó la mejilla.

—Obvio si, papá, soy la responsable de la portería.

—Bueno, la comida ya está lista y, vos,— Felipe rodeó la encimera— Ve a bañarte o se enfriará.

—Ya voy.

Ezequiel se marchó. Antonella observó que Felipe la veía, así que él ya sabía que quería hablar con él. 

—¿Qué pasa?

El coraje que había reunido cuando iba de camino a casa, y estando frente a la mirada conocedora de Felipe, se había esfumado.

—Tengo hambre.

—Sí, estoy seguro. Pero, ¿querés que use el test de la mentira?

Antonella suspiró. Si Felipe ya sabía que le quería decir algo, debería hacerlo ya.

—Zoé me ha estado llamando desde hace un mes. Quiere que nos conozcamos.

En un inicio, no respondía a los mensajes, mucho menos las llamadas, pero supuso que se merecía una oportunidad. Pero, al acercarse la fecha establecida para conocerse, Antonella estaba dudando y se sentía como una traidora por no decirle a su papá. 

—Te sentís culpable por Eze, ¿no?

Ella asintió. De la misma manera que no podía ver a los ojos a su papá desde que comenzó a hablar con Zoé, tampoco podía ver a Felipe a la cara.

—Es que no sé si quiero conocerla. Tampoco quiero que papá se ponga mal.

Felipe le alzó el rostro, y no tuvo de otra más que mirarlo.

—Aqui lo importante es cómo te sentís vos. Es tu decisión, porque Zoé siempre será tu madre. Tal vez, ella no hizo lo correcto al contactarte a vos primero en vez de a Ezequiel, pero, vos decidís, tenés el derecho. Si querés que tú mamá forme parte de tu vida, Ezequiel tiene que entenderlo, aunque no le guste. Además, tu papá se imaginó que esto podría pasar. Tranquila.

—Aun no estoy segura, pero quiero que papá lo sepa. Me siento mal por no habérselo dicho desde que ocurrió.

—Él se tomó el día libre, ya debiste notarlo. Podés hablar con él hoy. O cuando vos quieras.

Antonella suspiró. Hablar con Felipe le hizo el respirar más fácil y preguntarse: ¿en verdad quería conocer a una mujer que la abandonó y quince años después quería volver como si nada? La respuesta la había sabido desde la primer llamada. No.

Tenía una familia con su papá y Felipe, sus abuelos, sus tíos, no necesitaba conocer a una mujer así.

—¿Podés estar allí cuando se lo diga?

—Por supuesto. Ahora, vete a bañar. Hay manchas de barro en tu cabello.

—Gracias, Feli. Sos la mamá perfecta— ella rió. Él tumulto respecto al tema se había ido.

—No empuje su suerte, señorita o puede que la próxima vez Ezequiel no esté de acuerdo en que vayas a una fiesta.

—¡No, no, Feli, perdón! 

—Ya, ve a bañarte. Tu papá no tarda, y la comida va a enfriarse.

Antonella lo abrazó. No, no quería conocer a su "mamá", no hacía falta.

Gracias por leer ^•^

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