*otra vez, esto me vino por ver o11ce jaja. Disney, si no querías que los shippeara haciéndolos hermanos, ¿pa' qué los ponías a toquetearse mucho?
El aparato vibró en su bolsillo. No era el suyo, porque lo tenía entre sus manos, leyendo el mensaje que iba a enviarle a Felipe.
Era el celular de Lorenzo. Cuando estaban en los vestidores, Lorenzo, furioso, le lanzó el móvil a Dedé y él, lo pasó a las manos de Gabo. Iba a devolvérselo en cuanto los demás se dispersaran. Había notado al capitán tenso y preocupado. Se acercó a él, y guardó el móvil en su bolsillo como haría con el suyo y se olvidó de que no le pertenecía.
En la pantalla, leyó el nombre de Martina. Las primeras veces, dejó que la llamada fuera a buzón, pero, si seguía así, sus compañeros se iban a interesar en porqué tenía un celular que no era suyo, y no le cabía duda de que tanto Dedé como Ricky, aprovecharían para echar un vistazo dentro del celular ajeno. Respondió, porque no tenía de otra. Entró al baño y cerró la puerta con seguro. Y, además, Martín, el nuevo integrante, se sumaba a los problemas. No confiaba en él.
—¿Hola?
—¿Qué hacés con el celular de Lorenzo?— Martina respondió a la defensiva.
—Eh, bueno, solo pasó. Tranquila, yo mañana se lo entrego.
—Ya estaba planeando su asesinato por no contestar mis mensajes. Lo salvaste— y esa frase, Martina lo dijo con un tono arrogante, pero herido, en definitiva, detrás de esa frase había algo que Gabo no comprendió— Yo te recomendaría que no entres a la galería. Podrías encontrarte con muchas sorpresas. Que tengas buenas noches, chau.
Gabo observó el teléfono en sus manos. No sabía qué hacer. Martina era buena manipulando, e insertó la curiosidad dentro de él. ¿Qué guardaba Lorenzo allí? ¿Pruebas de sus bromas? ¿Fotos que podrían meterlo en problemas? Si era así, era su deber saberlo porque Lorenzo era su amigo, ¿no? Tenían algo especial. Desde que comenzaron a llevarse bien, sus sentimientos dieron un giro inesperado. Además, si Lorenzo se metía en problemas, sería malo para el equipo, y eso no podía permitirlo.
La contraseña fue fácil de descubrir. Lorenzo, siendo el egocéntrico que era, debía de ser algo relacionado a él, además de su fecha de nacimiento, debía de ser algo único para él. Su dorsal. Apretó el nueve cuatro veces, y sí, desbloqueó el aparato.
[°°°]
—Olvidé entregártelo ayer— Gabo explicó.
—Gracias, creí que lo había perdido. Estos días, no sé dónde tengo la cabeza.
Gabo asintió. Lo que había visto, no podía creerlo. O, quería creerlo pero no sabía cómo interpretarlo.
—Tranquilo, yo entiendo— Gabo respiró profundamente— ¿Puedo hacerte una pregunta?
—Todavía no sé qué está sucediendo con mi papá— Lorenzo rodó los ojos.
—¿Por qué tenés muchas fotos de mí?— Gabo preguntó, porque si no lo hacía en ese instante, jamás iba a tener las agallas otra vez.
Lorenzo no mostró expresión en su rostro. Tampoco tuvo apuro en dar aclaraciones. El que parecía haber sido atrapado in fraganti era Gabo.
—No sé, Gabo. Dímelo tú.
Lorenzo cruzó los brazos y volvió a su antiguo ser, a su mecanismo de defensa.
—No juegues al listo conmigo, Lorenzo.
—A ver, Gabo, está claro. No necesitas ser un científico para entenderlo. No me humilles más.
—¿Por qué todo lo tenés que hacer tan difícil?— Gabo cruzó los brazos.
—Tu lo hiciste difícil desde que decidiste meterte en un teléfono que no es tuyo.
Lorenzo tenía razón, era un punto muy válido. Si estuviera en lugar de Lorenzo, él hubiera recalcado lo mismo. Sabía a la perfección que Lorenzo no lo iba a escuchar, Gabo tuvo que tomar otra estrategia, usar su boca de manera diferente, al igual que sus manos. Lorenzo iba a entenderlo, sí o sí.
*Gracias por leer ෆ╹ .̮ ╹ෆ y por sus comentarios y sus votos.
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Historias cortas y otras no tan cortas
FanfictionDrabbles/oneshots de diferentes parejas.