Historias cortas y otras no tan cortas

104. CALOR [Lorenzo/Gabo]

* quería escribir una pequeña escena dónde Gabo rechazaba a Zoé, porque me da rabia cada vez que veo escenas donde Zoé y Ezequiel regresan, y cuando revisé, el Garenzo me había poseído. Es mi venganza, Spanky D:< y además, soy una puta por la tropa de best friends to lovers. Gabo llegó antes a los halcones que en la serie, al menos aquí.

Cuando pensaba en el pasado, en cómo nació la amistad entre Lorenzo y él, Gabo se quedaba en un estado de profunda tranquilidad. Recordando todo lo que había pasado para llegar a dónde estaban en ese momento. Porque, a pesar de lo que Lorenzo le había hecho, lo consideraba su mejor amigo. Y ese era un pensamiento que no podía compartir con nadie, ni con Lorenzo, pues Dedé y Ricky podrían perder la cabeza. 

Era extraño y difícil de comprender, pero así era Lorenzo. Un cabron encantador que se metía bajo su piel a cada oportunidad.

Todavía le parecía impactante lo unidos que se habían vuelto. 

Gabo bebió de su botella. Lorenzo llegó desde atrás y lo abrazó del cuello, causando que agua humedeciera su playera.

—Ey, cuidado, boludo.

Lorenzo lo hizo avanzar junto a él, mientras seguía bebiendo, a pesar de que la mancha se hacía más grande. Escuchó la risa del capitán en su oído, y se estremeció. Lorenzo se acercó demasiado, y Gabo se alejó, aunque le fue casi imposible por el brazo detrás de su nuca.

—Estoy bañado en sudor, ¿no te parece asqueroso?

—Nah, yo también.

Gabo negó. Después de todo, habían compartido mucho, un poco de sudor no era nada.

—Se me acabó el champú, ¿podés darme un poco del tuyo?— Gabo recordó que el día anterior había tirado la botella a la basura, y se le olvidó pedirle una botella nueva a Florencio.

—Ya sabes que sí. Para ti siempre es sí. Excepto cuando quieres que te ayude a estudiar, cabeza hueca— Lorenzo le guiñó el ojo. 

Gabo sonrió, tocado por las palabras de Lorenzo, y un poco ofendido. Algunos ya estaban preparados para entrar a las duchas, y otros seguían sentados, preparándose.

—No pueden estar lejos, ¿eh?— Ezequiel dijo al momento de verlos.

Y si no hubiese sido Ezequiel quien hizo el comentario sobre lo cercanos que se encontraban, sería otro halcón. Porque, el chiste de que parecían novios o una pareja de casados con años de antecedente, no se había vuelto viejo. Incluso cuando Lorenzo todavía salía con Martina, los chistes seguían siendo los mismos. A veces, Gabo se sentía culpable, porque pensaba que Lorenzo lo había puesto primero a él antes que a Martina, su novia en ese entonces, pensaba que había sido un escalón más arriba en la ruptura, a pesar de todas las veces en las que Lorenzo le explicó que no era así. No siempre las cosas funcionaban, y era así.

—¡Vivan los novios!— Lucas exclamó de la nada, y todo se echaron a reír. ¿De qué planeta venía Lucas?, nadie lo sabía.

Gabo caminó a las duchas. Se instaló a un lado de Lorenzo, pues él le prestaría de su champú.

—Oye, acércate.

—¿Para?— Gabo metió la cabeza bajo el chorro de agua, y su tensión se fue disipando poco a poco.

—Solo hazlo.

Gabo acató la orden. Los dedos de Lorenzo se movieron sobre su cuero cabelludo. Ya estaba grande como para que alguien más lavara su cabello, sin embargo, la sensación era agradable, no sabía si era porque se sentía bien o porque detrás de la acción estaba Lorenzo.