48. DEBILIDAD [Martín/Julián]

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Hace unos días ví el corto de "I Lava You", así que esa es la canción que Julián le canta al Martín. Uwu m encanta escribir del matrimonio y bodas.

Martín era su debilidad. Y sería así hasta que lo dejara de querer. Hecho que dudaba y fue por eso que aprendió a tocar el ukelele. 

Martín podría llegar a ser un villano increíble, sin embargo, Julián sabía que compartían los mismos sentimientos. La relación ya iba a pasar de los cuatro años, y Julián decidió que con Martín, quería subir de escalón.

—No sabía que te gustaba tocar instrumentos— Martín comentó, su tono habitual, serio.

—Apenas aprendí— Julián le sonrió. Martín leía las noticias en su celular— Quiero cantar una canción, para vos.

—¿Para mí?

Julián asintió. Martín colocó el móvil entre ambos cuerpos, expectante, puso su atención en el argentino. No era una escena romántica, o al menos no era así para Julián. Eran las 6:31 a.m., Julián se había despertado después de Martín, y todavía no se lavaba los dientes, ni siquiera había tomado un baño. Pero, Julián sintió que era el momento perfecto, la rutina sufriría un cambio. 

—Para vos— Julián reafirmó— Te amo.

Martín se acomodó los lentes, y solo lo hacía cuando estaba nervioso. Cuando Julián le demostraba afecto, Martín se ponía así, y Julián cada minuto.

—También te amo.

Julián quiso darle un beso, pero el aliento mañanero lo evitó, y además, perdería la concentración en la petición que haría. 

Julián suspiró antes de comenzar a tocar. Sabía la letra de memoria. Y al final de la canción, estaba seguro de lo que iba a pedir y de cómo lo haría. 

Al término de la canción, Julián sacó la caja aterciopelada de debajo de la almohada. La puso allí porque los días anteriores no se decidía, pero ya no tenía ninguna duda.

—¿Te querés casar conmigo?— sus manos temblaban. Su corazón latía, esperando la respuesta. Si Martín decía que no, no quería ni pensarlo. Su deseo de ver de traje negro a Martín, lo volvía impaciente.

—Sí.

Al momento de besarlo, Julián se olvidó del mal aliento y solo podía imaginar a Martín de negro con una rosa en el bolsillo del pecho. 

Desde ese momento, seguiría creciendo junto a Martín y le gustaría morir a su lado.

Gracias por leer .L.

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