177. CURIOSIDAD + OSCURIDAD [Lorenzo/Gabo]

265 15 3
                                    

Dedé se preguntó cómo era posible que Gabo caminara tan rápido. Conocía las características de Gabo dentro de la cancha, pero no era posible que su amigo tuviera la habilidad de atravesar muros o de cambiarse de ropa mágicamente. Además, Gabo tenía el cabello largo.

—Gabo, pero si acabo de verte. ¿Cómo lo hiciste?

—¿Qué? Yo acabo de llegar. Estaba a punto de irme a dormir.

Ya que lo tenía enfrente, Dedé cruzó los brazos. Gabo daba la impresión de ser él mismo de siempre y traía otra ropa, su pijama para ser exactos. ¿Cómo es que Gabo había hecho un repentino cambio en tan poco tiempo? Luego, Dedé sonrió. Debía ser un sueño.

—¿Has visto a Ricky?— Dedé le preguntó.

Se suponía que Gabo se había quedado con Ricky en la cafetería.

—No, es extraño. Yo estaba en el baño, pero ahora es diferente. Y es de día.

—Ey, Gabo. ¿Te sentís bien?— Dedé levantó la ceja.

Dedé observó alrededor. No era un sueño, porque todo se veía detallado y no borroso. Se pellizcó así mismo, pero solo sintió dolor. Seguía estando frente a Gabo. Dedé lo arrastró, debían de encontrar a Ricky. Él podría tener una explicación. O, podría ser que Dedé ya necesitaba comida, porque estaba alucinando. Ricky debería estar en la cafetería, ya que estaban en el receso. Dedé había olvidado qué tenía qué hacer o qué estaba buscando.

—Oye, espera, ¿a dónde vamos?

Dedé tenía el leve presentimiento que el Gabo que llevaba a rastras, no era el Gabo que estaba en la cafetería.

—Con Ricky.

En su camino, Lorenzo y compañía reían. Gabo se soltó del agarre. Su rostro se iluminó al ver al mexicano. Gabo sonrió, una expresión que Dedé había visto muy pocas veces, a pesar de que Gabo sonreía demasiado.

—¡Lorenzo!— Gabo exclamó. Sus pies se movieron hasta llegar a Lorenzo y se abalanzó en contra de él, causando expresiones de sorpresa no solo en Lorenzo, sino en todos los que estaban en los pasillos. Dedé los había visto juntos, pero por otros motivos diferentes.

No era un secreto que Lorenzo y Gabo eran dinamita y fuego cuando estaban en el mismo espacio. La escena que estaba sucediendo provenía de otro mundo, porque no era posible. Y, eso no era lo peor. Gabo acunó el rostro de un Lorenzo estupefacto, y lo besó, como si fuese novios. No hubo reacción por parte de Lorenzo al principio, pero eso cambió, porque el capitán comenzó a profundizar el beso. Dedé necesitaba un sándwich o iba a desmayarse. Los compinches de Lorenzo estaban boquiabiertos, sin saber qué decir o hacer. Dedé estaba en la misma posición.

—¿Qué diablos está pasando?— Gabo dijo, y está vez, Dedé sintió que estaba perdiendo su sanidad.

Había dos Gabos. Uno que se estaba comiendo, literalmente, la boca del capitán y otro que miraba la escena confundido y en su rostro se podía ver un sentimiento que Dedé no reconoció, porque Gabo mantenía la mandíbula apretada y las manos echas puños, como cuando estaba peleando verbalmente con Lorenzo, pero eso no estaba sucediendo, así que Dedé no entendía la pose de su amigo, del verdadero. Y, hablando del impostor, él se separó, con una sonrisa que mostraba sus dientes. Gabo unió sus cejas al ver su propio rostro en la persona que estaba besando a Lorenzo. Gabo se quedó sin habla, aunque quería saber qué infiernos estaba ocurriendo. El ácido en su estómago tenía una explicación evidente.

—Lorenzo, ¿vos qué hacés acá? Te he extrañado muchísimo. ¿Viniste a visitarme?

Dedé y Ricky se miraron entre sí.

Historias cortas y otras no tan cortasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora