21. PELEAS [Gabo/Lorenzo]

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Gabriel Moreti y Lorenzo Guevara eran los dos estudiantes del abuelo de Nakamura. No había otros, solo ellos dos. 

Lorenzo era un fanático antiguo de la película 'Karate Kid', de Bruce Lee, de Jackie Chan, de la danza elegante que eran las artes marciales. Sobretodo, la adrenalina de moverse, y pelear, hacer el movimiento correcto. 

Conoció a Gabo, su rival, en la casa de Nakamura. Ellos eran amigos porque iban al mismo instituto, el de las Águilas. El abuelo de Nakamura aún no aceptaba entrenarlo, ya que creía que no entendía el significado correcto detrás de las artes marciales. Así que, cuando dijo que haría cualquier cosa, debió de ponerlo en otras palabras en las que quedara claro que, uno: no iba a entrenar junto a Gabo, y dos: prefería pagar con dinero y no con sudor lavando platos o limpiando baños, ya que la familia Nakamura era dueña de un restaurante famoso.

Sin embargo, ya había pasado un año. Y mientras que Lorenzo se quejaba de vez en cuando, no se arrepentía. Podría ser porque amaba cada enseñanza que el abuelo de Nakamura le daba o porque amaba pasar tiempo con Gabo. No era Bruce Lee o Johnny Lawrence, y tampoco le interesaba participar en campeonatos, pero era feliz así.

Gabo se inclinó en un ángulo de 90 grados, era una reverencia. Lorenzo también lo hizo. Y comenzaron. Lanzaron patadas, puñetazos, y ambos se esquivaban. Llegó a rozar a Gabo, pero igual él. Se suponía que no debían de pelear sin la supervisión del cabecilla Nakamura, pero si no le decían, él no lo sabría. Ambos cayeron al piso. Los hilos de sangre que provenían de la nariz caían tanto de Gabo como de Lorenzo. Estaban al mismo nivel.

—No creas que porque eres mi novio voy a ser suave contigo.

Oh, sí. Comenzaron a salir poco después de conocerse. Era obvio, Nakamura dijo. Se iban a terminar matando, o amándose. Resultó ser lo último. Y resultó que, entre peleas de palabras, se iban acercando sin darse cuenta.

—No esperaría eso de vos— Gabo respondió. Se limpió la sangre con el dorso de la mano.

Gabo se levantó del piso, directo de su mochila, sacó una bolsa de papel marrón y se la lanzó.

—Sé que siempre has querido tener una chaqueta como la de los Cobra Kai, pero querías algo original. Y, le pedí permiso al señor Nakamura de usar el significado de su apellido y ese es el resultado.

Lorenzo acarició la mezclilla. Extendió la chaqueta y, sí, el kanji estaba bordado en el respaldo, junto a la representación de una villa. El símbolo de ambos.

—Eres el mejor— Lorenzo se inclinó para besarlo, a manera de agradecerle, el beso supo a cobre. 

—Solo para vos.

Nakamura entró al dojo, sonriente.

—Par de tórtolos, tienen prohibido venir la siguiente semana. Ya saben que no se permite pelear sin mi abuelo. Eso sí, tienen que ir al restaurante. Hay muchos platos por lavar.

Habían olvidado que Nakamura era como un fantasma, todo lo veía.

Gracias por leer.

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