40-Jonathan Dos Santos (Liga BBVA)

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Estaba en la cena de ensayo de mi hermana, mi mejor amiga de toda la vida, no podía estar más feliz y orgullosa de ella, amaba verla Yam enamorada, nuestro sueño de niñas se había vuelto realidad.

La familia más cercana y los amigos más apegados, eran los que habían asistido a la cena, así que lo hacía más tierno el asunto.

A mi lado se encontrava Jonathan, mi novio desde hace seis años, ya vivíamos juntos, desde hace cuatro.

-Es momento del brindis de la hermana de la novia.- dijo el cantante principal del grupo.

Todos aplaudieron y yo me levante sonriendo, en mi mano una copa de champán.

-Elisa, ojalá pudieras verte como yo te veo en este momento, te veo con amor, orgullo, aunque con un poco de tristeza, dejar ir a tu hermana nunca será tan fácil...- suspire.- ver a tu hermana menor cumplir uno de sus sueños, verla casándose con un gran hombre como lo es tu futuro esposo, es único, siempre mereciste lo más bonito, siempre soñaste con tu cuento de princesas y tenías una mirada ilusionada, una sonrisa apasionada, esa mirada y esa sonrisa la vuelvo a ver hoy, con Marco, les deseo lo mejor, siempre y Elisa, siempre, tendrás a alguien que te espera con los brazos abiertos si eso no funciona.- todos rieron.- Y alguien que busque venganza, te amo hermana, los amo a ambos, salud por ustedes.

Me volví a sentar y tomé de mi copa, mi novio me pasó un kleenex para limpiar unas cuantas lagrimas que se me escaparon.

-Lo hiciste genial amor.- susurró en mi oído y después nos dimos un corto beso.

-Te amo.- susurre.

-Te amo hermosa, te ves divina con ese vestido.- coloco una mano en mi rodilla.

Le di un beso en la mejilla.

Estar en esa cena era muy complicado, me llenaba de emoción ver a mi hermana así, Yam feliz, pero el hueco en mi estómago se hacía muy presente. Llevaba más de seis años en una relación y aún no sabía el rumbo de eso, cómo la mayoría de las mujeres, soñaba con casarme, comprar un vestido precioso y sentir que estaría por el resto de mi vida con el amor de mi vida, pero con Jonathan no era así, era muy feliz con el, lo amaba, me encantaba vivir con el, pero las dudas comenzaban ¿a donde iba nuestra relación? Y el miedo de preguntar, también estaba.

Después de un rato, las personas optaron por bailar, otros por platicar y a mi me tocó esta ultima, una tía, hermana de mi mamá, se acercó conmigo a platicar, al igual que mi abuela, que nunca fueron de mi agrado, pero tenía meses sin verlas.

-Me da tanto gusto que Elisa se vaya a casar.- dijo mi abuela.

-Si, pero ¿y tú Elizabeth? No tienen para cuando.- dijo la tía.

-Que vergüenza que tu hermana menor se case antes que tú.- decía mi abuela.

-Yo ahorita estoy bien con mi novio, vivo muy feliz con el.- traté de responder lo más congruente posible.

-Bueno, pero si no te ha pedido matrimonio, es porque no quiere un futuro contigo...- siguió hablando mi tía.

Y yo me hundí en mi mundo... ¿no querría un futuro conmigo?

Por fin era de madrugada, Jonathan y yo íbamos de camino a nuestro hotel, desde que salimos del lugar donde fue la cena, no había querido platicar, mi cabeza tenía bastantes preguntas.
Íbamos escuchando música, hasta que me atreví a hablar.

-Oye...- inhale.

-¿Que pasa amor?.- respondió sin quitar la vista del camino.

-¿Que piensas del matrimonio?.- pregunté sin trabas.

Imaginas- One Shots SELECCIÓN MEXICANA.®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora