Imaginas- One Shots SELECCIÓN MEXICANA.®

99.- Diego Lainez

Narra Diego

Por fin llegaba después de tanto tiempo a Tabasco, estaba feliz de tener unas vacaciones y disfrutar a mi familia.

Mi hermano y yo habíamos comenzado con el negocio de la ganadería, Mauro había hecho gran parte del trabajo, ya que yo estaba trabajando más lejos, pero en las vacaciones me tenía que dedicar más a eso.

-¡Hijo!.- gritó mi mamá desde la entrada del rancho.

-¡Mamita!.- dije sonriendo.- ¿cómo estás?

Corrí a abrazarla emocionado, como niño pequeño.

-Bien mi niño, feliz de que estés con nosotros.- sonrío mi mamá.

Después de comer en el rancho, tenía que comenzar a checar el ganado.

Estar de nuevo en el rancho, era lo mejor, estaba recargándome de energía, Salomé, mi sobrina, había venido unos días de vacaciones, su papá estaba de viaje.

Ella ya conocía el rancho más que yo, conocía a todos los perritos y había nombrado a todas las vacas.

-Y ella es Pancha.- señaló a una vaca con dos becerros.- A ellos todavía no les pongo nombres.

Yo sonreí, era muy ocurrente.

Vi como una chica salía de las caballerizas, estaba dándole de comer a los caballos y colocándoles la silla de montar.

Me acerqué dudoso a ella, supongo que era una de las chicas que trabajaba aquí.

-¿Te acuerdas de ella?.- dijo mi mamá llegando a mi lado, negué.- Es Ximena.

Mi mamá comenzó a acercarse, yo la seguí.

-Xime, hola.- la chica volteo rápidamente.

No la pude reconocer tan rápido , pero esa mirada no podía olvidarla, nunca.

Era Ximena, mi primer amor, mi amor de la niñez, crecimos juntos, su papá era el que cuidaba el ganado de mis abuelos, ella me encantaba acompañarlo y a mi me encantaba estar con ella.

-¡Hola!.- saludó sonriente.

-Xime ¿recuerdas a Diego? Mi hijo.- ella asintió sonriente, se acercó a mí.

-Hola Diego, han pasado años sin verte.- se acomodó la gorra que tenía.- Te saludaría de mano, pero ando muy sucia.

-Ella es la veterinaria y cuidadora de los animales del rancho.- dijo mi mamá.- Diego...

-Si perdón.- salí de mi trance.- Que gusto en verte.

-Tus papás me dijeron que te va bien en el fútbol.- ella seguía sonriendo.- ¡Hola Salo!

-Hola Xime ¡voy a ir a ver a los perritos!.- dijo emocionada.

-Voy con ella.- dijo mi mamá corriendo detrás de su nieta.

-No te reconocí.- dije caminando hacia las caballerizas y ella a mi lado.

-Lo suponía, pasaron ...- paró un segundo.- ¿10 años?

-Creo que si.- sonreí.- ¿Cómo terminaste aquí?

-Mis papás se regresaron a su pueblo, yo me quedé a estudiar veterinaria, después me encontré a Mauro en el centro de la ciudad y me contrató, para cuidar a los animales, alimentarlos, curarlos, vacunarlos.- dijo sonriente.

-Mauro nunca me dijo nada que trabajabas con el.- respondí.

Recordaba mi amistad con Ximena, era una gran amiga, siempre jugábamos en el rancho, incluso mi primer beso fue con ella, dos adolescentes enamorados.