97.- Emilio Lara

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Me encontraba en el carro de él, en el estacionamiento del club, lo más alejado de todos que pudiéramos.

-Te extrañé.- susurró Emilio sobre mi cuello.

-Ya no te vayas de viaje entonces.- dije coqueta.

El sonrío.

Emilio había salido de viaje, por los partidos, una semana, pero con eso había sido suficiente para que me hiciera falta.

Estaba a horcajadas de Emilio en el asiento del conductor, el volante de su carro topaba con mi espalda.

-¿Vas a ir hoy a mi depa?.- susurró antes de subir una mano por mi espalda, por debajo de mi playera. - Voy por ti.

Asentí.

-Ya es hora.- susurré.

El bufó pesadamente, después me dio un beso.

Abrimos su auto y ambos nos bajamos, para comenzar a acomodarnos la ropa y nuestro cabello.

-Que guapo.- dije viéndolo, el sonrío.

Ambos teníamos 21 años, yo estaba haciendo mis prácticas de la carrera en el Club América, había sido una bendición.

Cuando vi a Emilio, fue un click con el, teníamos meses siendo "algo" sexo y ya, aunque también amigos.

-Vamos.- dio una palmadita en mi trasero.

Era el hombre más sexy que conocía, era todo lo contrario a mi, el era muy rudo, lleno de tatuajes y yo era más tímida, un poco reservada, no sabía cómo había logrado salir con Emilio.

Comenzamos a caminar hacia las canchas, poco a poco alejándonos más, como si hubiéramos llegado separados.

Emilio se dirigió con sus compañeros, yo tenía que comenzar a medir presión, azúcar y pesarlos.

Estudiaba medicina en la UNAM, había quedado para hacer mis prácticas en el club, aunque no era un hospital, sentía que había más emergencias aquí.

-¡Sigues Emilio!.- dije pasando la lista, el salió de la cancha y se acercó conmigo.

Estábamos en las bancas de la orilla, junto a los entrenadores y el equipo técnico.

-Siéntate.- indique, el sonrío, tomé mi estetoscopio.- Sube tu playera.

El sonrío aún más.

-Ya basta.- susurré.

-Cariño, no podemos hacer nada delante de ellos.- dijo riendo.

-Estás loco.- tomé una toalla de papel y le limpié el sudor del pecho.

Chequé sus signos vitales, después le chequé la presión.

-¡Oye!.- reclame en voz bajita, había tocado mi trasero discretamente.

-Shhh.- se estaba riendo.

-Listo, ya lárgate.- dije sonriendo.- Eres fastidioso.

El me lanzó un beso, terminé de anotar sus signos.

-¡Ramón!.- el chico volteo asustado, le señale la banca.

-Hola.- llegó agitado.

-Hola Ramón, toma asiento por fa.- el asintió.- Levanta tu playera.

Tomé otra toalla de papel y limpie el sudor para checar sus signos vitales.

El chico era muy tímido, siendo sincera, era el primero que me llamó la atención cuando llegué.

Termine y el fue el más agradecido, para después irse a entrenar.

El siguiente era Brian, este chico era un coqueto, pero era un gran amigo mío.

Imaginas- One Shots SELECCIÓN MEXICANA.®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora